—¡Oh no! El movimiento de ese pequeño tigre blanco fue tan rápido. ¡De hecho, no pude retenerlo! —Shangguang Lingxue estaba irritada.
Justo en ese momento, las cortinas del carruaje se apartaron, revelando el rostro de un hombre apuesto.
—Lingxue, hemos llegado.
Shangguan Lingxue no tenía tiempo para preocuparse por Luz Blanca en este momento. Solo pudo inclinarse y bajarse del carruaje, haciendo una reverencia de dama al hombre.
—Muchas gracias a Su Alteza, Séptimo Príncipe. Lingxue pasó días muy agradables —dijo Shangguan Lingxue.
—Jaja, poder hacer turismo con una de las dos absolutas de la capital, Shangguan Lingxue, ¡es un honor para mí! —El porte del Séptimo Príncipe era extraordinario, sin el menor atisbo de afectación.
—Lingxue es solo una chica común. ¿Cómo voy a ser una belleza dual de la capital? Todo eso es cosa de gente entrometida —dijo Shangguan Lingxue con magnanimidad.
Pero el Séptimo Príncipe se rió y dijo: