Capítulo 7 parte 3
Las chicas han pasado a los baños del gimnasio para relajarse un poco antes de irse a casa.
El agua de cuatro duchas cae, Miru, Sumire y Chisato están en una mientras que Yasuragi y Ai comparten la cuarta.
Al ser un día un poco frio y a pesar de haber hecho mucho ejercicio, las chicas se duchan con agua caliente.
Una neblina invade el lugar ocultando de la cintura hasta las rodillas de las chicas.
— Oye, Miru. — dice Sumire que está en la ducha de al lado.
— Dime.
— ¿Cómo fue que conociste a Uraseku?
Ai sale para escuchar mejor la historia.
— ¡Es verdad! ¿cómo fue?
— ¡P-pues verán, es una historia muy bonita, y rara a la vez!
Chisato, Sumire y Yasuragi siguen duchándose mientras que Miru empieza a contar la historia de como lo conoció.
— Yo tenía doce años, ese día iba de camino a mi casa después de clases, pero unos chicos un poco mayores que yo se me acercaron.
En estos momentos, Miru comienza a contar su historia.
— ¡Venga! ¿O acaso no quieres salir a dar una vuelta con nosotros? —dice uno de los chicos a la pequeña Miru.
— Empezaba a sentirme muy incómoda y los rechacé, pero ellos no entendían y quisieron llevarme a la fuerza, entonces llegó Uraseku cargando dos cubetas.
— ¡Oigan, ya déjenla en paz! —grita Rasec en un japones un poco extraño.
— Él no podía hablar bien el Japones en ese momento, pero me defendió, o algo así jajaja.
Sumire interrumpe su recuerdo para hacerle una pregunta.
— Eh… ¿a qué te refieres con "algo así"?
— ¡B-bueno…! Le dieron una golpiza…
— Ya me lo veía venir…
— El punto es que trato de defenderme, luego de eso terminé deteniendo a los chicos que lo golpeaban y se fueron, el quedó tendido en el piso así que traté sus heridas.
— G-gracias.
— Eso me respondió, un poco sonrojado y furioso por haber perdido, luego de eso le hice una pregunta, pero no me entendió.
— S-si… adiós. —le responde el pequeño Rasec confundido y sin haber entendido lo que Miru le dijo.
— Le había preguntado si se había hecho mucho daño y él al responderme que sí hizo que me sintiera mal por él, desde entonces lo había empezado a ver por las calles para saber si se encontraba mejor, pero al final terminamos siendo amigos cuando empezamos a practicar el idioma japones juntos.
Ai se lanza al piso y empieza a revolotear.
— ¡Ay, es como una novela romántica!
Sumire hace un puchero en señal de enojo, presiona el jabón que está en su mano con todas sus fuerzas hasta explotarlo.
Yasuragi desde la otra ducha le dice a Sumire:
— ¡Tranquila, Neko-chan! No fue muy distinto a como lo conociste, ¡en ambos resultó muy lastimado!
— ¡Jajaja, tienes razón! — dice Sumire bastante alegre. — a propósito.
Sumire va al cubículo en el que Chisato se está duchando.
— ¿Podrías prestarme tu jabón? ¡es que exploté el mío, jaja!
— Si… eh…
El jabón se resbala de la mano de Chisato y cae en el desagüe que está al fondo.
Chisato se agacha para alcanzarlo mientras que la niebla se vuelve más espesa.
— Espera, voy a ayudarte.
Sumire se pone al lado de Chisato y también se agacha para intentar alcanzar el jabón.
— Oye, no te muevas… hng…
— Umh… me estás estorbando…
— ¡Kya! ¡Oye, no tienes que tocarme ahí!
— Ng… Ah… que clase de… unh… grito fue ese…
Sumire sin querer empuja el jabón más al fondo haciendo que este vaya al principio del desagüe.
Miru se acerca al cubículo en el que Sumire y Chisato estaban.
— ¡Oigan, tranquilícense!
Una chica misteriosa cubierta únicamente por una toalla, de cabello largo y color morado fuerte toma el jabón que se le cayó a Chisato.
— Ella tiene razón… ¡tranquilícense, cualquiera pensaría que hacen otras cosas ahí dentro! Por cierto, ¡gracias por el jabón! — dice la misteriosa chica con un tono de voz burlesco.
Se da la vuelta para irse, pero antes de que lo haga Miru la toma del brazo y la detiene.
— Suéltame…
— Eso no te pertenece, recuerda que ya tienes muchos problemas.
La chica empuja a Miru, voltea y muestra su rostro.
— ¡¿Y qué?!
Esta chica es Sato Ayumi, estudiante de la clase 3-B en el instituto Adachi, es raro que se presente a clases y resulta ser alguien muy problemática.
Chisato y Sumire salen de la ducha para ayudar a defender a Miru, también salen Ai y Yasuragi.
— ¡Miru-chan!
Ayumi al ver esto se sorprende.
— ¡Ah…! No puedo creer que ellas…
— Si asistieras al instituto sabrías quienes somos, Sato-san…
— Así que esos rumores eran ciertos…— dice Ayumi preocupada y en voz baja. — como sea.
Ayumi sale corriendo.
— ¡Gracias por el jabón!
Todas quedan estupefactas por lo que acaba de pasar.
— ¡Oye, vuelve aquí! — le grita Sumire muy molesta.
— Déjala, mejor olvidemos el tema.
Sumire hace más pucheros del enojo mientras que Chisato solo la ve de forma seria.
Las chicas deciden olvidarse del tema y van a las aguas termales del gimnasio.
— ¡Ah, el agua está perfecta! — dice Miru mucho más tranquila.
— ¡Grr! Esa tipa me desespera. — dice Sumire mientras entra al agua.
— Uff… ya que, relájate, Neko-chan.
Pasan un momento en silencio, pero Sumire se cuestiona algo.
— ¿Qué clase de gimnasio tiene aguas termales? Ni siquiera estamos en la capital para que esto tenga sentido…
— ¿Eh? Tu solo relájate…
— Si, Neko-chan, siento que las brujas están haciendo sopa conmigo. — dice Chisato bastante sonrojada.
— ¿Esa clase de cosas las debería decir una niña tan tierna? — se pregunta Miru bastante extrañada.
— Déjala, así es ella, por cierto, ¿sabes dónde están Ai y Yasuragi?
— Dijeron que se relajarían dentro del diamante…
— Ni siquiera me di cuenta de cuando entraron…
Las chicas pasan un agradable momento en las aguas termales, pero algo les incomodaba tanto a Sumire como a Miru.
Sumire hunde su cabeza al agua y empieza a sacar burbujas, luego de eso, saca la cabeza inesperadamente asustando a Miru.
— ¡Ah, esa tipa de antes me estresó! — grita Sumire muy furiosa.
— Causa muchos problemas en el instituto, supongo que solo se dedica a molestar a los demás, y realmente no me agrada eso…
Miru comienza a molestarse y emana un aura color rosa fuerte.
— Me molesta que critique a otras personas y que juegue con los sentimientos de las personas…
Su aura aumenta y la temperatura del agua sube mientras se forma un corte en su rostro.
— ¡Ay, ayayay! ¡oye!
Sumire se pone de pie cubriéndose mientras que Chisato parece excitarse por el aumento de temperatura en el agua.
— Uh…
— Solo porque se aprovecha de su físico y su belleza, pero…
El aura se desvanece y el corte en su rostro se cura.
— Ella antes no era así, no sé qué le habrá pasado.
Miru observa a Chisato y a Sumire.
— ¡Ah!
Sumire y su gato quedaron tostados por la temperatura que alcanzó el agua mientras que Chisato, se encuentra sonrojada sacando burbujas.
— ¡Lo lamento! — dice Miru bastante preocupada.
Las chicas deciden relajarse un poco más para luego salir y vestirse para ir a casa.
Chisato observa a Satonaka-sensei que está quitando la foto y placa de Makoto del salón de la fama para luego tirarla a la basura y ver como pone una foto suya y una placa con su nombre en su lugar.
— ¿Eso qué…? — pregunta Chisato con su rostro inexpresivo de siempre.
— ¡Batiste todos los récords del gimnasio, eres mejor que tu hermano! — le responde Satonaka-sensei bastante alegre.
Chisato se sorprende y se sonroja, pero no por haber superado todos los récords.
— ¡Ah! ¿eso significa que ya podemos hacer magia negra?
Sumire se acerca a Chisato.
— Siempre pudimos, es solo que debías estirarte un poco.
— Entonces, ¿ya podemos irnos a casa…?
— Pero no para descansar, ahora si empezará el entrenamiento de magia negra.
— ¡Ah!
Chisato se sonroja y sale corriendo a su casa lo más rápido que puede.
Miru y Sumire se quedan asombradas y deciden ir tras ella caminando.
— ¡Definitivamente la familia Fujisaki es muy atlética! — dice Satonaka-sensei. — aunque su abuelo nunca hacía nada, no sé cómo llegó a los cien años…
Miru y Sumire van a casa de Chisato mientras que Ai y Yasuragi descansan en sus respectivos diamantes.
— Por cierto, Miru-senpai, no me respondiste que clase de chicos te atraen.
— ¡¿Eh?!
Bueno… supongo que tendrán una conversación un poco incomoda de camino a la casa de Chisato.
Capítulo 7 parte 4
Al momento en el que Miru y Sumire llegan a la casa de Chisato, proceden a entrar en su habitación.
Es un lugar bastante sombrío, lleno de estanterías con libros bastante gruesos, pequeños animales disecados e insectos en frascos de vidrio.
Sin embargo, también posee cosas más normales como una computadora, mangas, comics y novelas principalmente orientados al horror, misterio y magia.
Chisato saca una clase de kit de magia oscura, de él saca un libro, pone unas velas y las enciende.
Sumire se acerca haciendo una pose de lucha.
— ¡Jajaja! Qué bueno que vengo preparada para una situación precisamente como esta…
Se pone una gorra de hechicera, saca su arma con el poder del diamante y finalmente hace una pose épica.
— ¡Me llamo Sumire! Soy poseedora del diamante de la paz, ¡el más fuerte de los diamantes! — exclama Sumire haciendo referencia a un personaje de las novelas que lee.
— ¡¿C-creen que esto va a funcionar?! — pregunta Miru bastante asustada.
— Hay que intentarlo. — le responde Sumire cubriéndose la cara con una mano.
Sumire comienza a emanar un aura color celeste y al transmitírsela a Chisato su color cambia a uno celeste más oscuro con manchas negras.
El cabello de las chicas comienza a volar con el aire al igual que sus prendas.
Chisato comienza a leer algunos párrafos del libro.
Miru se muestra bastante asustada al escuchar a Chisato hablando en un idioma que desconoce.
El cuarto resulta ser un lugar bastante pequeño, eso porque ha causado desastres al intentar invocar su magia.
— ¡Ven ya! — exclama Chisato con gran fuerza.
El color de las llamas de las velas cambia a un color morado.
— Ya veo… Neko, dame a tu gato…
Chisato toma a Nyakoshi de la cola y empieza a tirar de él mientras intenta escapar.
— ¡Nya!
Sumire toma al gato con su mano desocupada y empieza también a tirar de él.
— ¡Claro que no, no me imagino que cosas perversas le harás!
— ¡Ni! — exclama Chisato refiriéndose a su hermano.
Chisato finalmente suelta a Nyakoshi.
— ¿Sí? — pregunta Makoto quien se asoma por la puerta.
— ¡¿N-n-no te acerques?! — le dice Miru muy asustada.
— ¿Eh? ¿qué necesitan?, tengo que ir con el equipo a entrenar.
Chisato dice una palabra en un lenguaje desconocido y le da un pequeño toque eléctrico a Makoto.
— ¡Ah! ¡Vaya, hay mucha estática aquí!
Chisato finalmente cambia su rostro inexpresivo y dibuja una sonrisa en su rostro.
— Ya veo…
— ¡Fu-Fujisaki-san, será mejor que huyas! — le advierte Miru a Makoto.
— Ya que…
Makoto se da la vuelta y se va.
— Bien, probaré con insectos…— dice Chisato bastante emocionada.
Saca de uno de sus cajones una araña aparentemente venenosa y que aún sigue viva.
— ¡¿P-p-para qué tienes eso?! — pregunta Miru.
— Por nada en especial, ahora solo quiero probar algo.
Chisato pone un pequeño bote de porcelana y a la araña en el suelo.
Vuelve a decir lo que está escrito en el libro mientras que de la araña sale un líquido color verde.
Cuando acaba, Chisato suelta el libro y transforma ese liquido en una burbuja venenosa.
— E-eso es…
— El veneno de la araña…
— ¡¿P-por qué tienes una araña venenosa?!
— ¡Ja!
Chisato vuelve a transformar el veneno en líquido y a través de movimientos con sus manos pone todo el veneno dentro del pequeño bote de porcelana y lo cierra con un corcho.
— ¡Asombroso! — exclama Sumire. — ¿Puedes sacarle el alma?
— Podría, pero hasta con un insecto puede llegar a ser muy complicado, además de que la araña ya está muerta.
— ¡¿Y puedes revivir muertos?!
— El precio de ese hechizo sería el de mi vida, solo podría ser capaz de comunicarme con ellos.
Chisato se da la vuelta y va a su mesa.
Ella toma lo que parece ser una granja de hormigas.
— Las hormigas viven y trabajan juntas como en una comunidad, nunca lucharían entre ellas hasta matarse, por eso… quiero probar el hechizo de confusión.
Miru bastante asustada poco a poco se aleja de la habitación de Chisato mientras que ella exclama las palabras para realizar su siguiente hechizo.
Finalmente cierra el libro y las hormigas comienzan a descontrolarse y a intentar matarse entre ellas.
— ¡Asombroso! — exclama Sumire con mucha sorpresa.
— ¡Eh, tu aura! — le advierte Miru a Sumire y Chisato.
El aura que ambas compartían comienza a desvanecerse.
— Estoy muy cansada…— dice Chisato con los ojos adormitados.
Chisato cae al piso mientras que Ai y Yasuragi salen de sus respectivos diamantes.
— ¡Chisato-chan! — grita Miru muy preocupada.
Luego de eso, Chisato caminando como una araña sale corriendo y se lanza a su cama.
Miru parece estar muy asustada por lo que acaba de ver mientras que Sumire se muestra tranquila, casi como si fuera normal verla hacer eso.
— Deberíamos dejarla descansar, Miru-senpai.
— ¡S-si…!
Sumire y Miru se despiden de la familia de Chisato, pensaron en irse a casa, pero finalmente decidieron en ir a la pupusería para ver cómo les fue a Rasec y Hiroki en el entrenamiento.
— Por cierto, Miru-senpai.
— ¿Sí?
Sumire pone una expresión pícara en su rostro.
— Entonces, ¿qué clase de chicos te gustan?
— ¡¿Por qué estás tan interesada en eso?!
— Yo quisiera saber. — dice Yasuragi bastante animado.
— Yo ya lo sé. — dice Ai de manera indiferente.
— ¡No lo digas por favor!
…Nuevamente acaban en lo mismo… si supieran que están metiendo a Rasec en un triángulo amoroso sin que él se dé cuenta siquiera…
Y si se lo preguntan; cosa que no creo, pero ya que, el narrador de este capítulo fue nada más y nada menos que el mismo Rasec.
Así es, yo siempre fui el narrador… ¡siempre quise narrar esta clase de situaciones con todo lujo de detalle!
El punto es que al menos vimos cómo es el entrenamiento que hacen las chicas, comparado con el nuestro este resulta ser mucho más tranquilo.
Ahora, de entrenamiento de magia oscura casi no tuvo nada este capítulo y lo entiendo, creo que esto fue más de relleno y fan service que de otra cosa… ¡pero sé que eso les gusta porque a mí también me…!
Ujum, como les decía…
Bah, olvídenlo, solo estoy alargando esto innecesariamente…
Capítulo 7 parte final
Hiroki, Chikara, Kibō y yo estamos en una de las mesas de la pupusería todos cansados y golpeados.
El entrenamiento de hoy resultó ser igual de pesado que el de ayer.
Llegan Miru-chan y Neko-chan y se sientan en frente de nosotros.
— Quisiera cambiar con ustedes…— les digo.
— ¡Por mí está bien! — responde Miru-chan muy asustada.
— ¡Sí, senpai! — dice Neko-chan bastante alegre.
Seji-sensei como de costumbre nos sirve unas pupusas a todos y aprovechando me dice:
— Ni hablar, te quedaras aquí a entrenar, ¿o es que acaso quieres ver hombres con mallas?
— ¡Ah, es verdad!
Seji-sensei me dio un verdadero motivo para no ir a un gimnasio nunca.
Hiroki se pone de pie y toma sus cosas.
— Tengo que irme, no puedo quedarme, lo lamento.
— Vaya, de la nada te has vuelto muy respetuosos…— le digo.
— ¡Tch! Vámonos Chikara.
Hiroki se marchan y cuando cierra la puerta Miru-chan se asusta.
— ¡Ah, ella duerme como vampiro, y las hormigas no dejaban de matarse entre ellas!
Yasuragi y Ai intentan calmarla, pero se pone de pie y se lanza a abrazarme mientras llora desesperadamente.
— ¡Fue horrible, aun siento que sus almas me persiguen!
— ¡Ah!
Ella huele tan bien… ¡me siento como en un manga romántico! O como en un juego eroge… ¡ni hablar, no pienses en esta clase de cosas, por eso las espanto!
— No seas chillona. — le dice Neko-chan a Miru.
— Sí, sé un hombre…— le dice Kibō.
— ¿Al final pudo Chisato hacer magia negra? — le pregunta Seji-sensei a Neko-chan.
— Si, logro hacerlo con insectos…
— Supongo que eso nos vale, estamos más que listos para lo que vendrá mañana, así que después de clases tienen que venir todos, incluida ella.
— ¡¿Eh?!
— Asegúrense de descansar los más que puedan.
No sé qué planea Seji-sensei, bueno, no es como que realmente me importe por ahora…