—¿Publicaste esas fotos? —le preguntó levemente Shen Fanxing.
—No sé cómo compensarte. Solo puedo darte esto... Fanxing, todo lo que sucedió es únicamente mi culpa. Lo siento mucho. —admitió Su Heng.
Comenzó a lloviznar y Shen Fanxing miró a Su Heng durante mucho tiempo. Sus ojos brillaban con un resplandor desolado.
El viento que soplaba con la llovizna parecía estar haciéndose más fuerte. Mientras el viento soplaba hacia ella, su camisa y su cabello se agitaban y flameaban salvajemente en el viento. Su esbelta figura se hacía aún más evidente.
Se mantenía erguida con su teléfono en la mano. Su hermoso y encantador rostro contenía terquedad e indiferencia.
Su Heng observaba a Shen Fanxing en silencio. Su piel clara, sus delicadas facciones, su hermoso rostro y su alta y esbelta figura la completaban. Era encantadora y maravillosa.
La forma en que Shen Fanxing lo miraba hacía que su cuerpo se tensara. El cheque en su mano comenzó a arrugarse.