Al día siguiente, Kael se despertó con una idea clara: quería dedicar una semana a entrenar para mejorar el control sobre su magia. Su plan era pasar tiempo en el bosque, disparando a árboles y experimentando con nuevas combinaciones de elementos.
Decidido a cumplir su plan, se alistó y se dirigió al bosque. Una vez allí, comenzó a practicar con las sombras, aprovechando la abundancia de árboles para generar grandes ataques. Aunque las sombras no se combinaban fácilmente con otros elementos, le permitían crear poderosos ataques que quería perfeccionar.
Después de aproximadamente una o dos horas utilizando las sombras, Kael cambió a la magia de fuego. Empezó a hacer magia tanto con las manos como con los pies, ya que se había especializado en usar la magia a través de su espada. Aunque no tenía una gran habilidad con la espada, para él era más fácil canalizar su magia de esa manera.
Kael continuó su entrenamiento, alternando entre diferentes tipos de magia y buscando maneras de mejorar su control y eficacia. Al practicar con fuego, agua y sombras, trataba de descubrir nuevas formas de combinar estos elementos para crear ataques más poderosos y versátiles.
El tiempo pasó rápidamente mientras Kael se sumergía en su entrenamiento. Cada día se sentía un poco más seguro en su capacidad para controlar su magia, y su determinación solo crecía. Esta semana de entrenamiento no solo mejoraría su destreza mágica, sino que también le daría la confianza necesaria para enfrentar futuros desafíos como aventurero.
Kael continuó su intenso entrenamiento en el bosque durante toda la semana. Cada día se levantaba temprano y se dirigía al mismo claro, perfeccionando sus habilidades y explorando nuevas combinaciones de elementos.
Al tercer día, Kael decidió enfocarse en la combinación de fuego y sombras. Al principio, fue complicado mantener el control sobre ambos elementos simultáneamente, pero con paciencia y práctica, logró crear un ataque en el que lanzaba bolas de fuego envueltas en sombras, aumentando tanto el alcance como el impacto de sus ataques. Estos ataques resultaron ser extremadamente poderosos, especialmente en la oscuridad del bosque.
El cuarto día, decidió trabajar en su precisión. Se colocó a varios metros de distancia de pequeños objetivos naturales, como frutos y ramas, y trató de golpearlos con su magia. Al principio, fallaba frecuentemente, pero su persistencia comenzó a dar frutos. Para el final del día, Kael podía golpear con precisión objetivos del tamaño de una nuez a gran distancia.
El quinto y sexto día, Kael se dedicó a la defensa. Creó barreras de fuego y sombras para protegerse de posibles ataques y practicó técnicas evasivas. Comenzó a desarrollar una técnica donde usaba las sombras para crear espejismos de sí mismo, confundiendo así a un enemigo mientras él se preparaba para contraatacar desde otra dirección.
Finalmente, el séptimo día llegó. Kael decidió realizar una simulación de combate para probar todas las técnicas y combinaciones que había practicado durante la semana. Imaginó diferentes escenarios y se enfrentó a enemigos ficticios, utilizando todo su arsenal de habilidades mágicas y tácticas de combate.
Al caer la tarde, exhausto pero satisfecho, Kael se sentó bajo un gran roble y reflexionó sobre su progreso. Había mejorado significativamente su control y comprensión de la magia, y se sentía más preparado que nunca para enfrentar cualquier desafío que el futuro le deparara.
Con una semana de intenso entrenamiento a sus espaldas, Kael se dirigió de regreso a la ciudad, listo para retomar sus aventuras. Ahora, con su nuevo dominio de la magia, se sentía confiado en que no solo sobreviviría, sino que también prosperaría en cualquier misión que le esperara.
Al día siguiente, Kael se levantó temprano, sintiéndose revitalizado después de su semana de entrenamiento intensivo. Decidió que era hora de buscar a Lisandra para retomar sus misiones. Se dirigió a la tienda de armas de Baldric, donde solía encontrarse con ella.
Al llegar, encontró a Lisandra ajustando unas piezas de su equipo.
—¡Buenos días, Lisandra! —saludó Kael con una sonrisa—. ¿Lista para hacer algunas misiones?
Lisandra levantó la vista y sonrió.
—¡Buenos días, Kael! Claro que sí, estaba esperando que vinieras. ¿Tienes algo en mente?
—He estado pensando en tomar algunas misiones más difíciles. Con lo que he entrenado, creo que podemos manejarlo.
Ambos se dirigieron al gremio de aventureros para revisar las misiones disponibles. La recepcionista, Lucía, los recibió con una sonrisa.
—¡Kael, Lisandra! ¡Qué gusto verlos! Hoy tenemos algunas misiones interesantes que podrían ser de su agrado.
Revisaron la lista de misiones y eligieron algunas que prometían buenas recompensas.
Durante los siguientes días, Kael y Lisandra se embarcaron en varias aventuras, enfrentándose a monstruos, explorando mazmorras y resolviendo problemas para la gente del reino.
Cada misión completada no solo les brindaba más experiencia y habilidades, sino también una considerable cantidad de dinero. Mientras acumulaba sus recompensas, Kael comenzó a pensar en el futuro. Se dio cuenta de que, si seguían así, podría juntar suficiente dinero para comprar una casa propia.
Una noche, después de un largo día de misiones, Kael compartió sus pensamientos con Lisandra mientras descansaban junto a una fogata.
—Lisandra, he estado pensando. Si seguimos haciendo misiones y ahorramos nuestro dinero, podríamos comprar una casa. Sería genial tener un lugar propio donde descansar y planificar nuestras próximas aventuras.
Lisandra asintió, entusiasmada con la idea.
—¡Me parece una excelente idea, Kael! Tener una base de operaciones sería muy útil, y podríamos invitar a otros aventureros a unirse a nosotros.
Con un nuevo objetivo en mente, Kael y Lisandra continuaron tomando misiones y ahorrando sus recompensas. Día tras día, su confianza crecía, y su sueño de tener una casa propia parecía más alcanzable con cada aventura completada.
Juntos, formaban un equipo formidable, y sabían que con perseverancia y trabajo duro, cualquier cosa era posible.
Después de varias semanas de exitosas misiones y aventuras, Kael y Lisandra recibieron una nueva misión que parecía especialmente desafiante: explorar una mazmorra recién descubierta en los límites del reino. Los rumores decían que estaba infestada de criaturas poderosas y que albergaba grandes tesoros.
Decididos a enfrentarse a este nuevo reto, Kael y Lisandra se dirigieron a la mazmorra. La entrada estaba cubierta de enredaderas y parecía no haber sido abierta en siglos. Con determinación, ambos aventureros entraron en la oscuridad, preparados para cualquier cosa que pudieran encontrar.
Dentro de la mazmorra, el aire era pesado y denso. El suelo estaba cubierto de musgo y restos de antiguas batallas. Tras avanzar algunos metros, comenzaron a escuchar ruidos inquietantes provenientes de las profundidades.
—Ten cuidado, Lisandra. Algo me dice que no estamos solos —advirtió Kael, agudizando sus sentidos.
Mientras exploraban, se encontraron con varios grupos de slimes y goblins, que derrotaron sin mayores problemas. Sin embargo, al llegar a una gran sala central, se encontraron cara a cara con una criatura imponente: un orco de tres metros de altura, armado con un enorme garrote y con ojos llenos de rabia.
—¡Lisandra, cuidado! —gritó Kael mientras el orco cargaba hacia ellos.
El monstruo arremetió con una fuerza descomunal, obligando a Kael y Lisandra a esquivar rápidamente. Kael sabía que este no era un oponente ordinario. Para derrotarlo, tendría que desatar todo su poder.
—¡Voy a usar las sombras! —le dijo a Lisandra, quien asintió y se preparó para cubrirlo.
Kael levantó sus manos y comenzó a concentrarse, invocando las sombras que llenaban la mazmorra. La oscuridad comenzó a envolver el área, creando una atmósfera inquietante. El orco, confundido por la repentina oscuridad, lanzó un rugido de furia.
—¡Eclipse Sombrío! —exclamó Kael, desatando su ataque más poderoso.
Las sombras cobraron vida, formando tentáculos que se movían rápidamente y se abalanzaban sobre el orco. Kael usó la oscuridad para atacar desde múltiples ángulos, golpeando al monstruo con una serie de ataques rápidos y letales. El orco intentó defenderse, pero la combinación de velocidad y poder de las sombras era abrumadora.
Finalmente, Kael lanzó un ataque final, concentrando toda la energía oscura en un solo punto y desatándola en el pecho del orco. La criatura soltó un último grito antes de colapsar, derrotada
.
Kael, respirando con dificultad, permitió que las sombras se disiparan. Lisandra corrió hacia él.
—¡Kael, estás bien? —preguntó, preocupada.
—Sí, estoy bien —respondió Kael, recuperando el aliento—. Pero ese orco era mucho más fuerte de lo que esperaba. Gracias por cubrirme.
Lisandra asintió.
—Fue impresionante ver cómo controlabas las sombras. Pero debemos tener cuidado, no sabemos qué más puede haber en esta mazmorra.
Ambos continuaron explorando, sabiendo que cada paso los acercaba a más peligros, pero también a mayores recompensas. Kael estaba decidido a mejorar aún más su control sobre sus poderes, sabiendo que su vida y la de Lisandra dependían de ello en cada misión.
Kael y Lisandra apenas tuvieron tiempo para recuperarse cuando escucharon más gruñidos y pasos pesados resonando por la mazmorra. Se dieron cuenta de que el orco gigante no estaba solo. Desde las sombras, emergieron otros orcos igualmente imponentes, todos armados y listos para la batalla.
—¡Vienen más! —gritó Lisandra, preparándose para el combate.
Kael sintió una mezcla de fatiga y determinación. Sabía que tendría que desatar nuevamente sus poderes para enfrentarse a esta nueva amenaza.
—Lisandra, prepárate para luchar como nunca antes —dijo Kael, con una chispa de resolución en sus ojos.
Los orcos cargaron hacia ellos con una fuerza descomunal. Kael levantó sus manos y, una vez más, invocó las sombras. La oscuridad se arremolinó a su alrededor, formando un escudo protector mientras Lisandra se colocaba a su lado, lista para atacar.
Kael decidió emplear una estrategia diferente esta vez. Utilizó las sombras para crear duplicados de sí mismo, cada uno atacando desde diferentes ángulos, confundiendo a los orcos. Lisandra aprovechó la distracción para lanzar sus ataques precisos, cortando a través de las defensas de los monstruos.
A medida que la batalla continuaba, Kael sintió que sus fuerzas flaqueaban. El uso intensivo de sus poderes estaba pasando factura, pero no podía detenerse. Con cada ataque, las sombras se volvían más feroces, golpeando a los orcos con una fuerza imparable.
Lisandra, viendo el esfuerzo de Kael, decidió arriesgarse. Utilizó una técnica que había estado practicando, invocando un círculo de fuego que rodeaba a los orcos, limitando sus movimientos y obligándolos a luchar en un espacio reducido.
—¡Kael, ahora! —gritó Lisandra.
Kael, aprovechando la oportunidad, canalizó las sombras en un poderoso rayo oscuro, disparándolo directamente al grupo de orcos atrapados en el círculo de fuego. El impacto fue devastador, derribando a varios orcos al instante. Sin embargo, algunos aún seguían de pie, gruñendo y avanzando lentamente hacia ellos.
Con un último esfuerzo, Kael y Lisandra lanzaron un ataque conjunto. Las sombras y el fuego se entrelazaron, creando una explosión que finalmente derrotó a los orcos restantes. La mazmorra quedó en silencio, solo el sonido de sus respiraciones pesadas llenaba el aire.
—Lo logramos... —dijo Kael, cayendo de rodillas por el agotamiento.
Lisandra se acercó a él, ayudándolo a levantarse.
—Sí, lo hicimos. Pero necesitas descansar, Kael. Has utilizado demasiada energía.
Kael asintió, aceptando la ayuda de Lisandra.
—Tienes razón. Pero no podemos quedarnos aquí mucho tiempo.
No sabemos si vendrán más orcos.
Ambos se apoyaron mutuamente mientras avanzaban con cautela a través de la mazmorra, buscando un lugar seguro para descansar y recuperar sus fuerzas. Sabían que la batalla había sido dura, pero también que habían ganado una valiosa experiencia y fortalecido su vínculo como compañeros de aventura.
Después de encontrar un rincón protegido, se sentaron y compartieron algunas provisiones. Kael reflexionó sobre la batalla, decidido a mejorar aún más su control sobre las sombras y a encontrar nuevas maneras de proteger a Lisandra y a sí mismo en futuras misiones.
Al día siguiente, más fuertes y determinados que nunca, Kael y Lisandra continuaron su exploración de la mazmorra, preparados para enfrentar cualquier desafío que se les presentara.
Después de haber perfeccionado sus técnicas de combate, Kael y Lisandra encontraron que enfrentarse a los orcos en la mazmorra se volvió mucho más manejable. Usaron sus nuevas estrategias con eficiencia, combinando las sombras y el fuego en ataques devastadores que desorientaban y eliminaban rápidamente a los enemigos.
Cada enfrentamiento reforzaba su confianza y mejoraba su coordinación. A medida que avanzaban, recogieron tesoros y artefactos valiosos, eliminando cualquier amenaza que se interpusiera en su camino. Finalmente, después de varias horas de lucha intensa y exploración meticulosa, llegaron a la sala principal de la mazmorra, donde encontraron un cofre lleno de oro y gemas.
—¡Esto es increíble! —exclamó Lisandra, inspeccionando el contenido del cofre—. Con todo este tesoro, Kael, creo que ya puedes comprar una casa.
Kael sonrió, aliviado y emocionado a la vez.
—Sí, parece que lo hemos logrado. Todo este esfuerzo realmente valió la pena.
Ambos recogieron el tesoro y se aseguraron de que no quedara ninguna amenaza en la mazmorra antes de dirigirse de regreso al gremio de aventureros. Al llegar, Lucía los recibió con una expresión de asombro.
—¡Kael, Lisandra! ¡No puedo creer que hayan completado esa misión tan peligrosa! ¡Y parece que encontraron un gran botín!
—Sí, fue una mazmorra difícil, pero logramos superarla
—respondió Kael—. Y con esta recompensa, finalmente podré comprar una casa.
Lucía sonrió ampliamente.
—¡Eso es maravilloso, Kael! Te mereces este logro después de todo tu arduo trabajo.
Kael y Lisandra entregaron el reporte de la misión y recibieron su recompensa adicional del gremio. Con el oro acumulado y las joyas, Kael tenía más que suficiente para adquirir una propiedad. Decidieron celebrar esa noche, disfrutando de una cena en la taberna local, donde compartieron historias y rieron sobre sus aventuras pasadas.
Al día siguiente, Kael y Lisandra visitaron a un agente de bienes raíces en la ciudad. Después de revisar varias opciones, encontraron una casa perfecta: una acogedora y sólida vivienda con espacio suficiente para entrenar, descansar y planificar futuras misiones.
—Esta casa es perfecta —dijo Kael, mirando alrededor con satisfacción—. No solo es un hogar, sino también un símbolo de todo lo que hemos logrado juntos.
Lisandra asintió, contenta de ver a su amigo tan feliz.
—Y ahora tenemos una base de operaciones para nuestras próximas aventuras. Estoy segura de que aún hay muchas más por venir.
Kael compró la casa, y ambos comenzaron a instalarse. Con el tiempo, la casa se convirtió en un lugar de reunión para otros aventureros, un lugar donde compartían historias, estrategias y planes para el futuro.
Con su nueva base y su creciente reputación, Kael y Lisandra continuaron enfrentándose a desafíos aún mayores, siempre listos para lo que el futuro les deparara. Y mientras sus habilidades y lazos se fortalecían, sabían que juntos podían superar cualquier obstáculo y alcanzar nuevas alturas en sus vidas como aventureros.
Cabe aclarar que en este capitulo se hizo un time skip de aproximadamente 1 año y medio
— Un nouveau chapitre arrive bientôt — Écrire un avis