Nota del autor:
Buenas a todos, lamento la tardanza, aquí les dejo el capitulo, en este capitulo comenzaremos un mini arco o capaz un arco completo, donde se retomaran algunos temas como en el capitulo 12 y algunos secretos cuic.
Espero que les guste como esta yendo la historia, aunque eso si, intentare ir a un ritmo moderado como para que no se sienta apresurado como también lento. Espero sus teorías en los comentarios, aunque posiblemente en este capitulo encuentren o descubran algunas conexiones o referencias que tomo de algunas series y/o videojuegos. También me estoy dando cuenta de que ya no tomo o menciono mucho sobre la licantropía, cosa que literalmente dice el titulo del fic, pero eso se remediara en los capítulos posteriores, probablemente a manos del prota o...de otro personaje, para los que leyeron de principio a fin este fic ya se habrán dado cuenta, pero para los que no, solo esperen al próximo capitulo o algún capitulo posterior en el nuevo arco/mini arco.
Por cierto, debido a mis practicas de la universidad no pude publicar los capítulos tan seguidamente como quisiera.
Gracias a todos los que dieron sus piedras de poder y a los que dejan sus comentarios y reseñas, me alegra mucho y me motiva a seguir.
Gracias a:
@DaoistlNLKZ2
@kev1n_777
@Unravelling
@Trihexa_666_1049
@Cristina_XaNe
@Foga01
@Paola_Cueva
@Roberto_Ramirez_5304
@zacito
@DaoistsEuxSE
@Vidal_Zamora
@Vico_Marquez
@DaoistMCuAEK
@Tu_jefe_DxD
@yohelis_palencia
@Johizz_Anabel
Lo repito, gracias por sus piedras de poder, comentarios.
Y con respecto a la reseña me refiero a ti @Johizz_Anabel , gracias por dejar un comentario y reseña a la vez.
Disfrútenlo.
-Lidenskap
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Gregory, Inframundo, 28 de Mayo del 2005
En una oficina se encontraba un escritorio elegante de madera fina y estilizada de aspecto gótico, sobre dicho escritorio había columnas de documentos, ocultando completamente a la persona detrás del escritorio y apenas dejando ver una ventana que ofrecía una vista de una ciudadela que parecía sacada de una película de ciencia ficción pero lo sorprendente era el inusual color púrpura que se podía apreciar.
Pero a todo eso una pequeña, aguda y encantadora melodía en bits, el sonido provenía de un pequeño aparato en manos de un hombre que aparentaba unos cuarenta años, ojos violetas, su cabellera negra con un mechón rubio al frente de esta y una barba de chivo bien cuidado.
—Fascinante. Pensar que los humanos pudieran hacer un refrito de un juego pasado tan adictivo en esta pequeña consola.— Dijo el hombre entusiasmado jugando en la consola portátil.
En la pantalla de la consola portátil se mostraba a un monstruo ave amarilla que desprende truenos.
—Vamos, Bubu, aguanta, SI! Ahora, ve, pokeball— La emoción desbordaba del señor ante la perspectiva de atrapar a la ave eléctrica.
—Vamos, vamos, vamos, Zapdos serás mío.—
Cuando de repente la puerta de la oficina es abierta dando paso a un hombre rudo musculoso de rostro severo, cabello y barba de color negro, vestido con kimono marron claro.
—Azazel tenemos problemas.— Dijo seriamente el recién llegado pero inmediatamente frunció el ceño al ver a su líder y amigo no hacer sus deberes como gobernante por jugar un juego humano.
—Eh? Baraquiel?!— Inmediatamente el susodicho se puso nervioso y guardó su gameboy advance torpemente. —Jaja ¿Qué te trae aquí mi amigo?— Intentando desviar la atención de su amigo.
Al ver su actitud despreocupada, Baraquiel solo pudo suspirar cansadamente ante de retomar su actitud seria.
—Problemas en Kioto, mas especifico, Diablos.— Comentó su razón de estar mientras extendía una mano y de esta comenzara a formarse un círculo mágico para transmitir un holograma con información vital.
En la imagen se podía apreciar cadáveres de un diablo callejero pero su forma era ciertamente curiosa, delgados hasta el punto de rozar lo esquelético, algunos con trozos de músculo vivo adherido a los huesos mientras que otros parecían estar embarrados de barro pero lo inquietante era la sangre proveniente de cadáveres humanos siendo utilizado para dibujar un torpe círculo mágico, dicho círculo llamó la atención de Azazel y lo dejó intrigado al no poder reconocer el lenguaje, sin duda para él era similar al utilizado por la comunidad diabólica pero sin duda había algo que lo hacía incomprensible y extraño para el gobernador de los ángeles caídos.
—Eso es todo Baraquiel?— Pregunto un poco serio Azazel.
A lo que Baraquiel negó con la cabeza y siguió mostrando más imágenes, en esta se mostraba el círculo mágico completo y en ella se encontraba algo horrible para la vista de los presentes, Baraquiel solo pudo apartar la mirada ante la imagen presentada mientras que el rostro de Azazel se oscurecía.
Niños, niñas, jóvenes, adultos, ancianos…bebés y fetos en una masa grotesca de carne y articulaciones, los rostros de bebes retorcidos en el "pecho" de la cosa mientras que el rostro de los demás se repartieron y comenzaban a derretirse en articulaciones vagamente humanas, como si la cosa intentara usar un traje hecho de la piel de las víctimas.
Esto sin duda dejó sin palabras a Azazel, sin duda no esperaba esto.
—Diablos callejeros?— Cuestionó el líder de los caídos.
—Yo- yo no estoy seguro Azazel, esto de alguna manera enfermiza me recuerda los sacrificios hechos en la Gran Guerra, sacrificios vistos cuando los Satanes seguían vivos.— Dijo lentamente la persona quien portaba el título del "Maestro del Trueno", su rostro era complejo al mencionar los eventos de la Gran Guerra.
—Mnn~ Sin duda son similares a los de esa época.— Musito Azazel pensativo mientras miraba el círculo mágico completo e incompleto de ambas imágenes, de alguna manera estos círculos comenzaron a parecerle familiares, e intento hacer una conexión o memoria de donde pudo haberlo visto.
Hasta que encontró diferencias entre ambos círculos, de alguna manera le parece que las intenciones y propósitos de ambos círculos eran diferentes y de alguna manera provenientes de diferentes orígenes.
Fue en esa comparación que vino un destello de iluminación y tiró el papeleo del escritorio al piso y los incineraba, muy feliz de encontrar una excusa para desquitarse de tal maquiavélica invención humana. Puso dos copias de los círculos de las imágenes en el escritorio para luego ir hacia un archivero cercano y rebuscar maniáticamente entre los documentos.
Murmurando negativas hacia cada documento indeseado hasta que gritó felizmente "¡BINGO!".
Del archivero saco unos folders llenos de informes, documentos e imágenes, de dicho folder se encontraba una etiqueta "Pueblo de Kuoh, 07 de Abril del 2005" pero en lo que él se centró fueron imágenes de demonios callejeros secos, como si los hubieran drenado de toda su sangre para formar lo que parece ser un círculo con el símbolo de la intersección de dos anillos en el centro del círculo hecho de sangre.
Sacando dicha imagen, la puso junto a las dos otras imágenes y comenzó a compararlas entre sí.
—Lo sabía, sabía que lo había visto en alguna parte.— Murmuró para sí mismo Azazel mientras comparaba el círculo de la segunda imagen de los cuerpos fusionados con el círculo con el símbolo al centro de la imagen de los archivos.
Baraquiel se acerco y observo pero fue incapaz de encontrar estas similitudes de lo que murmuraba su amigo.
El líder de los Grigory al notar la confusión y despiste de su amigo, decidió brindarle algo de iluminación. —Mira Baraquiel, este símbolo en el centro de la imagen y compárala con algunos símbolos que conforman el círculo mágico de esta imagen, ¿lo ves? Son similares o hasta iguales.— Dijo algo emocionado pero con una tos por parte de Baraquiel, Azazel controló su emoción y tomó una actitud más seria acerca de este asunto.
Por un momento no comprendió hasta que encontró esas similitudes de las que hablaba Azazel, pero pronto la preocupación invadió su rostro.
—Azazel.— Dijo preocupado.
—Lo se, probablemente estos diablos callejeros no sean con los que estamos acostumbrados.— La extrema seriedad en sus palabras sorprendió a Baraquiel.
Esto sin duda dejó confundido a Baraquiel a lo que Azazel intentaba implicar, siendo desconocido para el maestro de trueno.
—Déjamelo a mi Baraquiel.— Dijo resueltamente Azazel, ignorando la confusión de su amigo pero sin aclarar a lo que se refería. Sin duda había un mal presentimiento ante las conexiones que logró encontrar en los supuestos demonios callejeros en las imágenes presentadas por Baraquiel. Se abstuvo de involucrar a su amigo cercano en esta posible relación con el secreto que involucra a Miguel, Padre y a él que podría afectar a las tres facciones.
El susodicho intentó replicar pero fue callado por su amigo, ante un gesto suyo, dejando impotente a Baraquiel, aceptando la decisión de su amigo…pero no sin antes dejar en claro algo.
—Entiendo, Azazel, pero— Tomando la gameboy advance cuidadosamente oculta en un cajón del escritorio y destruyéndola con sus rayos sagrados.—No aceptaré que te distraigas de tus deberes. Y Shemhazai vendrá a traer las copias de los documentos que faltan que revises y que destruiste.— Sentenció Baraquiel antes de retirarse de la oficina del Gobernador de Grigory.
En los pasillos Baraquiel pudo escuchar los gritos desgarradores de su amigo, una pequeña sonrisa se formó en su rostro severo.
—Nadie atrapa a Zapdos excepto yo.—
Una risa escalofriante se escuchó en los pasillos del Grigory, dejando incómodos y temblando de miedo a los ángeles caídos que pasaban ante la risa que resonaba en los pasillos.
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Local sin nombre, 583-1 Kawasaki, Ciudad de Wakayama, 17 de junio del 2005, 12:20 PM
En una sala de estar desordenada, una escalera que daba al segundo piso, una mesa de billar a un lado, dos pares de sofás para que algunos invitados pudieran ocuparlos y una mesita entre ambos sofás, una mesa de oficina antigua de caoba con un teléfono de disco giratorio encima y una caja de pizza vacía cerca del teléfono al fondo de la sala, no muy lejos de la mesa había una puerta de la que salía vapor. Al otro lado de la puerta se encontraba un joven peli blanco desnudo con la llave de la ducha abierta y agua corriendo por todo su cuerpo.
La expresión del peli blanco era de aturdimiento mientras miraba el agua corriendo hacia el agujero bajo sus pies, mirando el abismo profundo, escuchando susurros y murmullos en sus oídos.
Por un momento al ver el abismo del agujero vio a alguien cayendo en él, alguien negándose a recibir ayuda de su propia sangre y carne.
"Un joven peliblanco con el cabello hacia atrás y unos ojos azules que infunden terror y miedo a quien se atreva a interponerse en su camino, herido mientras retrocede lentamente hacia un acantilado con un abismo esperando devorar a otra alma.
—Márchate D̸͙̰̮́͌̚á̷̫̊ṇ̵̿̈́͑̋t̷̠̒̄̀è̴̬̱́͝/̶̩͚͉͝͝E̶̺̜̰͐̅͛d̸̬̐̎͝͝m̷͙͙̏̽͜͝ǫ̴̢̼͈̜̏̑̕͠ń̶̠d̴̫̤̿̋͝, a menos que quieras quedarte atrapado en este mundo.— Aun cuando estaba herido y al borde del colapso, su arrogancia y confianza rezumaba en él.
Su katana desenfundada y apuntando su cuello con la punta, advirtiendo que ante el más mínimo acercamiento, sería cortado por su espada demoníaca."
Los puños de Maxwell se apretaron, sus huesos crujieron al igual que su ira crecía.
Sangre comenzaba a gotear de sus manos, sangre que se mezclaba con el agua que fluía hacia el agujero bajo sus pies.
Este recuerdo confuso provocaba en el peliblanco angustia y resentimiento, aunque él quisiera saber más de ese recuerdo, lo único que recibía eran fuertes migrañas. Dejándolo impotente ante el misterio que tenía delante, su pasado.
—Maxwell! Mi hora del baño comienza!—
Ante el grito de la niña pelinegra, Maxwell fue sacado de su mente e inmediatamente comenzó a terminar su ducha y salir rápidamente del baño.
La puerta con vapor se abre dejando al descubierto al joven Maxwell vestido con un jean negro y unos botines Chelsea marrones, dejando lo único sin vestir, su torso desnudo, mostrando sus abdominales y músculos refinados y adecuados para un nadador; en su rostro afilado había una cicatriz en lado derecho de su boca, sus ojos azules como el cielo mirando irritado a la pequeña niña de cabello negro y ojos grises frente suyo mientras él tenía una toalla secando su cabello blanquecino mojado.
—Desde cuando te bañas Ophis?— Pregunto un tanto molesto pero también desconcertado, porque según el peliblanco nunca vio a la loli baba usando el baño para una ducha, nunca desde que se conocieron.
Al ver el desconcierto ella solo se limitó a fruncir el ceño para luego dirigirse al baño, no sin antes dejar algunas palabras.
—Desde hace 15 segundos.— Dijo con un tono plano antes de cerrarle la puerta en la cara.
El peli blanco solo pudo suspirar frustrado.
Sin más que hacer se dirigió a la mesa de oficina, pateó una silla para que esta saliera volando y girando, dando un salto mortal antes de caer tambaleándose entre caer de espalda y caer de costado, Maxwell solo se hecho cómodamente sin más e inclinó más la silla hacia atrás para dejar caer sus botines sobre el escritorio de oficina antigua.
Tomando una de las revistas tiradas por el escritorio comenzó a leer para distraer su mente de los "recuerdos". En eso suena el teléfono pero Maxwell lo ignora a favor de seguir leyendo su revista, el tintineo no paraba, su agudo sonido resonaba por toda la sala, el estridente y agudo tintineo seguía y seguía pero el peliblanco lo seguía ignorando olímpicamente.
—MAXWELL CONTESTA EL MALDITO TELÉFONO!—
Hasta que increíblemente la silenciosa e indiferente Ophis estalló en ira, exigiendo, no, ordenándole que contestara el teléfono que seguía tintineando.
—Tsk— Escuchando el estallido sorpresivo de la loli baba, el peliblanco contestó el teléfono a regañadientes.
—Hola? Si, lo lamento, todavía no hemos abierto.— Apenas terminó de hablar colgó el teléfono sin dejar hablar a la otra persona.
Sin más cosas que lo molesten, Maxwell siguió con su lectura.
Hasta que otro sonido resonó en el lugar, otra vez.
Unos golpes a la puerta, que al parecer no iban a cesar pronto. El peli blanco solo pudo apretar las manos y arrugar la revista de frustración pero eso no impidió que tomara un curso de acción adecuado y responsable, ignorar el ruido hasta que cesaran.
Pero a veces los planes no salen como uno quiere.
De un portazo, la puerta del baño se abrió de la cual sale una muy malhumorada Ophis, su mirada gélida se dirigió inmediatamente a la puerta, los constantes golpes cesaron abruptamente; para luego fijarlos en cierta persona vaga e irresponsable. Quien dicha persona al captar su mirada por el borde de la revista, usó la misma como un muro defensivo ante la mirada de muerte en la pequeña pero letal loli.
—Ve a limpiar al baño…ahora.— Dijo lenta pero inquietamente calmada.
Pero el peliblanco intentó desafiar su orden al ignorarla y seguir leyendo su revista.
Cosa que no le causa gracia a la pequeña pelinegra, quien harta de su malcriada actitud caminó tranquilamente hasta estar a su lado y sin más, agarró una de las patas de la silla con Maxwell y todo para lanzarlo directo hacia al baño mientras el peli blanco grita sorprendido y algo asustado.
—Dije a limpiar.— Aún lanzando al peliblanco cruelmente ella siguió sin inmutarse ante lo más mínimo, para luego cerrar la puerta del baño con fuerza.
Sin más ella se dirigió hacia la puerta y la abrió.
Lo que vio ella fuera de su local/hogar fue a un señor cuarenton con barba de chivo, ojos violetas, cabello negro con un mecho rubio en la delantera de este, vestido con un kimono de color cafe claro, con una sonrisa algo tensa.
Mirando nerviosamente a la niña frente suyo, el señor cuarentón no se atrevía a hacer algo que pudiera ofenderla, como si supiera que ante la más mínima acción que ella pudiera percibir como molesta él sería reducido a cenizas.
—H-Hola. Ejem. Hola, este es el negocio de caza- — El señor comenzó a hablar elocuentemente sobre la razón del porque estaba en el local pero desafortunadamente le cerraron la puerta en su cara.
Ophis no estaba para nada interesada sobre lo que diría el señor, a menos que sea un vendedor de galletas Oreo, pero siendo que ese no era el caso, ella mentalmente mando al diablo al señor cuarentón.
Pero al parecer la persona no entendió o más bien decidió ignorar el mensaje implícito en las acciones de la loli pues comenzó a tocar la puerta insistentemente.
Esto sin duda provocó un tic en las pequeñas y delicadas manos de Ophis, de ellas una serpiente oscura como la obsidiana se había formado a partir de la nada, esta comenzó a rodear su pequeña mano y jugueteo por unos momentos en ella, para que segundos después Ophis volviera a abrir la puerta con la intención de tirarle la serpiente en la cara.
Cuando el señor vio a quien abrió la puerta, inmediatamente fue al grano.
—Ofrezco 80 mil dólares.— Dijo rápidamente con sudor frío en la espalda al ver a una serpiente obsidiana con sus fauces abiertas, sus colmillos grandes y afilados que goteaba un líquido que transmitía muerte con tan solo verlo, estando tan cerca de sus ojos.
—Entra.— Respondió monótonamente la pequeña pelinegra al interesarse un poco por lo que tiene que decir, guardando la serpiente por supuesto, en algún lugar que el señor no pudo identificar; obviamente ella se compadeció del señor al verlo tan asustado y no por el dinero que ofreció, claro que no, ella siendo una diosa dragón tan generosa decidió brindar misericordia a quien lo necesitara, por supuesto que el dinero no tuvo nada que ver, claro que no.
—Con su permiso señorita Ophis.— Dijo respetuosamente el señor del kimono con barba de chivo, pero vio como ella era indiferente ante su respeto, a lo que el señor solo pudo suspirar cansadamente en sus adentros al verse involucrado en la problemática situación que tiene entre manos.
El señor vio calmadamente como la pequeña pelinegra se adentraba hacia las escaleras de arriba por unos instantes antes de bajar con una bandeja con postres, que eran por supuesto todo tipo de galletas y dos tazas con chocolate.
—Oye Ophis, ¿por qué mierda la bañera está llena de leche con cereales? ¿Realmente entiendes el significado de "bañarse"?— Del baño salió un malhumorado peli blanco.
La repentina aparición del joven llamó la atención del señor con barba de chivo, una pequeña sonrisa apareció en su rostro al verlo pero sus ojos no eran tan cálidos, observaba fríamente al joven, buscando algo del peliblanco. Pero el peli blanco o no se dio cuenta o simplemente no le tomó importancia ya que al verlo solo resoplo.
—Quien este viejo Ophis?— Dijo molesto el joven pero aun cuando se dirige a la pequeña pelinegra él no quitaba su atención del señor al sentir como su [Instinto] le advertía sobre el posible peligro proveniente del señor.
Al escuchar al joven el señor no pudo sentirse algo triste al ser considerado "viejo", aunque él sabe que tiene milenios eso no quita que lo ponga algo triste aun cuando está en forma y conserva su belleza como para ligar a innumerables chicas.
—Mis disculpas por no presentarme antes, mi nombre es Azazel gobernador de los ángeles caídos, señorita Ophis y?— Se presentó humildemente y con dignidad de un líder de una nación entera el gobernador Azazel, sus alas se desplegaron suavemente en la sala de estar, sus plumas se dispersaron con gracia divina.
Pero lo único que obtuvo el gobernante de los ángeles caídos no fue asombro, cautela o miedo por parte del peli blanco, lo que recibió fue disgusto y molestia, dejando confundido a Azazel.
—Viejo, tendrás que limpiar tus plumas antes de irte porque no pienso limpiar eso.— Dijo mordazmente el peliblanco.
Esto sin duda dejó sorprendido por un momento a Azazel antes de reír divertido por la actitud del peliblanco.
—Vaya, no espere eso ja.—
A lo que el peliblanco solo puso los ojos en blanco pero aun así solo se sentó en uno de los sofás cercanos antes de agarrar la galleta en manos de Ophis y comerla sin más, provocando que la pelinegra lo mire muy mal antes de agarrar otra galleta y darle un codazo molesta.
Esto sin duda dejó desconcertado al gobernador de Grigory al ver la osadía y las pelotas para molestar al dragón del infinito pero aún más sorprendido por su actitud juguetona entre ambos. Sin lugar a dudas intrigó a Azazel sobre la relación de ambos como para tener esa confianza entre los dos.
—Maxwell.— Dijo el peliblanco mientras comía la galleta.
Guardando sus alas, el líder de los caídos se sentó en el otro sofá para estar directamente frente a ambos peculiares personajes.
Por un lado el dragón del infinito, Dragón Ouroboros o también conocido como Ophis.
Y por el otro a un joven peliblanco llamado Maxwell que exuda una fuerte magia demoniaca curiosa aun cuando se siente como un humano completo, pero también un pestilente olor maldito fuertemente impregnado en esta curiosa persona, de alguna manera le recuerda al olor de los licántropos en alemania pero hay algo que lo molesta, algo que no logra identificar en la maldición.
—Maxwell, correcto? Bien, este trabajo puede llamar su atención o no pero- — Mientras hablaba seriamente a ambas personas fue interrumpido por el peliblanco.
—¡Un momento, cuando acepté este trabajo?!— Cuestionó el peliblanco desconcertado como también molesto.
—Yo lo hice.— Intervino rápidamente Ophis tranquilamente mientras seguía devorando como un pozo sin fondo las galletas mientras golpeaba las manos de Azazel y Maxwell cuando se acercaban a tomar más galletas.
Maxwell solo resoplo molesto y murmuraba agravios que sufria por parte de la pequeña dragona al lado suyo pero una patada por parte de ella silencio sus quejas, todo frente a un Azazel sobando su mano y lamentándose por no poder comer una de las galletas que supuestamente eran para los invitados.
Tosiendo un poco para llamar la atención de ambos el gobernador de Grigory continuó donde lo dejó.
—Como bien dije antes, este trabajo puede o no llamar su atención.— Comenzó tranquilamente pero viendo la impaciencia del peli blanco fue directo al punto mientras se quejaba por la impaciencia de los jóvenes. —Hay movimiento "Demoníaco" en Kioto, quiero que vayan a investigar la causa y la eliminen, el pago es de 80 mil dólares.— Término mientras miraba seriamente a Maxwell, observando la reacción de este sobre el asunto del trabajo.
Y como espero vio el interés y algo más en los ojos del peliblanco.
—Bien, pero 90 mil dólares, 6 cajas de pizza extra grande de tamaño familiar y un barril de helado de fresa.— Dijo seriamente el joven,
—80 mil dólares, 4 cajas de pizza de tamaño familiar y la mitad del barril.— Azazel hizo una contraoferta inmediatamente.
—90 mil dólares, 5 cajas de pizza extra grandes de tamaño jumbo, y ¾ del barril de helado de fresa.— Maxwell replicó la contraoferta del gobernador de Grigory.
—83 mil dólares, 3 cajas de pizza tamaño familiar, tres baldes de helado de fresa y dos camiones de galletas Oreos. Aceptalo o dejalo.— Hizo su última oferta.
—¡TRATO!/Trato!— Maxwell y Ophis aceptaron sin dudar la oferta con emoción en sus rostros, bueno en el caso de la loli solo fue un tono emocionado ante la perspectiva de nadar en galletas oreos y por el otro lado, el peliblanco fantaseo en usar el dinero para ir de putas mientras comía pizza ilimitada en una heladería comprada por él.
—Perfecto.— Aplaudio Azazel feliz de que aceptaran el trato mientras se levantaba para irse.
Un círculo mágico se formó bajo sus pies pero antes de desaparecer le dejó algunas indicaciones.
—Por cierto, les enviaré dentro de 2 días dos boletos de tren con destino a Kioto, un mapa con los últimos avistamientos de los demonios y un adelanto de 3 mil dólares. Bye.— Se despidió mientras sonreía antes de desaparecer.
El lugar quedó en silencio por unos instantes antes de que alguien lo rompiera.
—Mi [Instinto] dice que nos estafaron.— Dijo secamente Maxwell.
Ophis solo se limitó a asentir, estando de acuerdo con él, sintiendo que había una trampa en el trato.