La mansión se llenó con el sonido de pasos en cada piso. Vivian estaba de pie en el pasillo pensando cuando el concejal llamado Hueren llegó a pararse a su lado. —Lady Vivian ¿No irá a buscar las pistas? —preguntó.
—Ah, sí —sonrió y tomó la habitación más cercana para ver si había algo diferente a la última vez que la había visitado.
El concejal vio a la bella mujer desaparecer en la habitación y se paró en la puerta para mirarla. Hueren estuvo feliz de ser voluntario cuando su superior Lionel le había pedido que lo acompañara al segundo examen. Estaba encantado porque sabía que se encontraría con la candidata Lady Vivian allí. Su encuentro anterior había dejado una profunda impresión de ella en él. No sólo era elegante, sino también inteligente, con el cerebro para poder atar todos los cabos y responder a todas las preguntas que Lionel le había lanzado.