Vivian miró al demonio que estaba frente a ella. Everest se veía tal como ella lo vio por última vez en el bosque cerca de Valeria. Se alegró de verlo después de tantos años, ¿cuántos desde el momento en el que se despidió?
Fue una sorpresa verlo y, al igual que ella, Leo se sorprendió al verlo acechando en las sombras. Todos esos años no habían visto ni sentido su presencia.
En vez de hablar con el demonio, Leo le dijo a Vivian: —¿Qué tan buenas son tus interacciones cuando se trata del demonio, Vivi? —Vivian apartó su mirada de Everest para mirar a Leo.
—Decentes, supongo.