El gemelo tenía el pelo rojo, pero compartían el mismo color de ojos que Caiden, ojos verdes oscuros. Lucían adorables y ambos igual de dulces cuando hablaban, mientras que Lucas era el niño tranquilo. Tenía la piel un poco más oscura que el gemelo, pero su hoyuelo lo hacía más adorable.
No paraban de divagar sobre cualquier cosa al azar, haciendo algunas preguntas a Zuri y después de que ella contestara una, seguían diez más.
Casi se sentía como si Zuri estuviera escuchando las voces en su cabeza, solo que esta vez las voces eran menos viciosas, pero más curiosas.
Solo pudo suspirar aliviada cuando Caiden vino a buscar a sus hermanos y encontró que Zuri estaba en una situación angustiosa.
Aún estaban en el jardín y Zuri todavía llevaba esa extraña pulsera que le habían hecho. Se veía fea, pero no se la quitó.