El corazón de Yvette dio un vuelco.
El teléfono cayó al suelo con un golpe sordo.
Lance entró descalzo. Sus largas piernas eran firmes y sólidas, y sus músculos abdominales eran fuertes y hermosos.
Se inclinó para recoger el teléfono y se lo entregó a Yvette —Prueba 82282222.
Yvette se quedó helada.
22 de agosto.
Era la fecha en que se habían casado.
Estaba rígida y no se atrevía a moverse. El teléfono en su mano comenzó a arder. La pantalla estaba brillante, así que él pudo ver las palabras que ella había tecleado.
Él leyó su mensaje palabra por palabra:
—Señor Wolseley, Lance me tiene encerrada. ¿Puede ayudarme a salir? Yvette.
Lance sonrió dulcemente y dijo fríamente —¿Estás pidiendo ayuda a Marcus?
Lance parecía tranquilo, pero en realidad, estaba hirviendo de ira.
Efectivamente, ella todavía quería escapar.
El pensamiento lo agitó y estaba perdiendo el control.