Aiden miró su forma dormida y luego los archivos de audio en su pantalla. Ya los había escuchado y ahora sabía por qué Serena se había quedado tan conmocionada. Le había llevado una eternidad hacer que se calmara y simplemente se durmiera. Y ahora, podía adivinar por qué era eso.
Serena había pasado tanto tiempo luchando contra el enemigo invisible —luchando por su abuela, luchando por su padre— ambos de los cuales ella había creído que eran los pilares que la sostenían. Eran las dos personas a las que atribuía haberla moldeado en la persona en la que se había convertido. Y ahora, ¿aprender que Edwina Dawn, la mujer en quien Serena más confiaba, aquella a quien consideraba una figura heroica, podría ser responsable de la muerte de su propia nuera? La traición era asombrosa.