Ruo Shan recibió una invitación del Príncipe Qingping, y toda la familia se sorprendió bastante.
—Hermano Quinto, ¿conoces al Príncipe Qingping? —preguntó Ruo Shui, sosteniendo la invitación.
—No, no lo conozco —respondió Ruo Shan, también sorprendido y sacudiendo la cabeza.
Él ni siquiera sabía que existía tal persona como el Príncipe Qingping.
—¿Podría ser que el Príncipe Qingping, al saber que el Hermano Quinto ganó el primer lugar en la competencia, lo busca para tratamiento médico? —especuló Ruo Jiang.
Ruo Chuan conocía al Príncipe Qingping. Haber estado en la Ciudad Capital durante un mes, ya había investigado sobre todas las principales familias nobles y figuras influyentes, diciendo:
—La Condesa Zhaohua es la hija del Príncipe Qingping. El día del desfile del Erudito Supremo, la Condesa Zhaohua miró al Hermano Quinto no menos de trescientas veces.
—¿En serio? —todos se volvieron a mirar a Ruo Chuan, Ruo Jiang, Ruo He y Ruo Shui preguntaron.