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—Bueno, de acuerdo, hoy te encontraste con tu Segundo Hermano, ocúpate tú mismo.
—¿Quién dice que no? Jaja. Yo estaba pensando lo mismo. Y oye, ni siquiera puedo culpar a mi gran boca o a no poder guardar un secreto, principalmente porque me descubrieron. Pero, creo que debo llamar a Qin Yulong, tengo que mostrarle respeto, ¿verdad?
—Claro, puedes hacer la llamada justo aquí.
—Jaja, eso podría no funcionar. Mi teléfono todavía está cargando en mi habitación de arriba, ¡así que tengo que volver a mi habitación! Subiré primero entonces; ustedes dos sigan adelante y coman, no me esperen. De repente, ya no tengo hambre.
Dicho esto, Wenyan salió corriendo y desapareció en un instante.
Lo que no esperaba era que Su Yang se enteraría de ello antes incluso de que Qin Yulong tuviera la menor sospecha.
Además, se le escapó durante su charla con Shen Jingchuan—T-T
Qin Yulong contestó el teléfono mucho más rápido de lo que Wenyan había anticipado.