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—Xiangcheng pertenece a la Familia Ren, ¿y te atreves a decir eso? —Ren Qian no podía creer lo que estaba escuchando del secretario general—. Ese señor Xu es un tonto, ¿pero tú has estado en este puesto tantos años y todavía no puedes ver con claridad?
El secretario general nunca había cometido un error tan grande antes.
Principalmente a causa de esas personas de la Familia Ji, nunca los había tomado en serio —Viejo maestro Ren, no tenía idea de que realmente conocían al señor Chen...
—Ya sea que conozcan al señor Chen o no, ¿cómo te atreviste a pronunciar esas palabras? —Ren Qian nunca había estado tan furioso, y después de un tiempo, colapsó en su silla, pareciendo una década más viejo—. Ahora estoy suspendido por medio mes.
La cabeza del secretario general zumbaba.
—Ve y dile a Wanxuan —Ren Qian no había hecho nada malo todos estos años y no temía ser investigado—. Dile que no podrá unirse a la Asociación de Caligrafía.
En cuanto al Ministro Xu...