Resulta que ella también se dirigía a la ciudad, pero solo para buscar trabajo.
Al ver a An Hao vestida pulcramente para ir a la Universidad Médica a registrarse, apretó su ropa tan fuertemente que casi perforó la tela.
An Hao la miró sin decir una palabra y siguió adelante.
—¡An Hao, no seas tan engreída! ¡Arruinaste mi vida, no te dejaré tenerla fácil en el futuro! —dijo Song Yueqin.
—Está bien, si tienes el valor, ¡adelante! —respondió An Hao, dejándola con un mensaje—. Ya no soy la An Hao del pasado, ¡estoy lista para acompañarte en cualquier momento!
An Hao llegó a la ciudad y encontró el camino a la Universidad Médica con facilidad.
Durante las vacaciones, había hecho un viaje especial para ver cómo era su futura universidad.
Siguiendo el proceso, An Hao completó su inscripción, recogió sus libros de texto y suministros de vida, y luego subió sola las escaleras.