Chapitre 54: Despertando a la niña elfo I
Al día siguiente, a las 6:50 de la mañana, me había levantado temprano. Bueno, la realidad era que no había dormido nada. ¿Quién podría dormir cuando estaba rodeado de enemigos y tenía dos ratas acechando cerca de su habitación a cada rato? La realidad era que no necesitaba dormir; tenía energía vital de sobra y una cantidad insana de bestias en el cubo que podía utilizar como nutrientes en cualquier momento. Hablando de las bestias que tenía en el cubo, resultaron ser muy útiles, logré sacar varias habilidades de esos seres. De todas esas bestias que había asesinado, solo una fue mantenida con vida.
"Acabamos con 190 bestias."
"¿Cuántas tenían habilidades?"
- SOLO SE ENCONTRARON 8 HABILIDADES, SE OMITIERON LAS MUTACIONES.
Le había dicho a D que omitiera todas las características de tipo mutación; después de todo, no quería convertirme en un monstruo horrible.
- Y NO FUE POSIBLE REPLICAR LA HABILIDAD DE LA FLOR CON ROSTRO HUMANO.
"¿Y la razón de esto?"
- NO POSEE NINGUNA HABILIDAD.
"Imposible."
La desgraciada nos había atacado con sus extraños poderes. Estaba más claro que si tenía que tener poderes, esa flor era un ser especial, de eso no había la menor duda. Por eso mismo no la había matado de inmediato y la tenía guardada en el cubo; sabía que ella sería útil si se usaba de una buena forma.
"Debe estar usando algo para ocultar su poder."
- CONCUERDO.
"Analiza a la flor a fondo, que no se escape nada. Quiero saber cada detalle de su existencia."
- ENTENDIDO.
Algo tenía que estar haciendo para que no pudiésemos replicar sus poderes, pero estaba seguro de que sí o sí poseía una habilidad. Esa flor le había causado más problemas que el mismísimo Alpha. Por regla, tenía que traer algo bueno.
"¿Qué nombre les asignaste a las habilidades?"
- LOS NOMBRES DE LAS HABILIDADES SON:
ALTO VOLTAJE VID DE MADERA MURO DE CRISTAL JUGO TÓXICO DESTELLO SIN VISIÓN GLOTONERÍA SED DE SANGRE
"¿Ya están en el cubo?"
- SÍ.
Había adquirido un conjunto de habilidades bastante interesante. Ya sabía qué hacía cada habilidad, después de todo me había enfrentado a las bestias a las que pertenecían dichas habilidades. No necesitaba preguntar qué hacía cada habilidad. Con solo escuchar el nombre ya me hacía la idea de a qué bestia pertenecía.
"No pensé que las habilidades fueran tan raras."
Al parecer, las habilidades eran difíciles de encontrar. Después de todo, me había tenido que cargar a más de 100 bestias para poder adquirir ocho poderes. Por supuesto que sí añadía las mutaciones a la ecuación, el número subiría exponencialmente, pero yo no quería mutaciones en el cuerpo. Después de todo, ¿quién demonios querría alas de pájaro, uñas de monstruo y pelo de bestias? Por obvias razones, había omitido esas mutaciones; no quería dañar el cuerpo con esas cosas, sería contraproducente.
De una cosa estaba seguro, con este nuevo conjunto de habilidades tendría más oportunidades de darle vuelta a la situación que se desarrollaría en los próximos días. Un plan había estado rondando por mi cabeza, uno que sería bastante brutal y bastante fuera de lo común. Me moría de ganas de ver la cara de Los Invasores cuando vieran quién sería la persona que los estaría esperando. De seguro se emocionarían pensando que el trabajo sería más fácil de lo que pensaban, pero no podrían estar más equivocados.
Otra cosa a tener en cuenta era aquel domador de bestias que había luchado con Idril. Ese tipo era una variable a tener en cuenta. Si él se metía en la pelea, las cosas iban a ponerse feas. Era difícil saber si el bastardo vendría a pelear, después de todo parecía ser caprichoso con respecto a obedecer órdenes de otros. Si el tipo venía, sin lugar a dudas tendría que luchar con todo lo que tenía y sin lugar a dudas tendría que regresar a mi forma original para enfrentarlo. Después de todo, el sujeto había jugado con Idril. Había que estar preparado para luchar contra él en cualquier momento.
En mi estado actual, dependo mucho de las habilidades que poseo en mi arsenal. Mi cuerpo es demasiado pequeño para enfrentarme en un cara a cara con alguien. La altura y el largo de las extremidades juegan un papel importante. Por lo tanto, un enfrentamiento cuerpo a cuerpo no me beneficia para nada, y ahí era donde mi cuerpo original jugaba un papel importante. Si mezclaba los poderes que tenía actualmente con mi cuerpo original, sin lugar a duda podría ejercer una fuerza que podría aplastar fácilmente a mis enemigos. Después de todo, tenía un control perfecto sobre mi cuerpo original, cosa que no tenía en el cuerpo en el que me encontraba actualmente. Por eso es que aquel tipo que trató de secuestrar a la niña elfo me había dado una paliza, pero que al final lo terminé superando por la cantidad de habilidades que poseía.
Yo sabía que no tenía que depender mucho de las habilidades. Tenía que entrenar mi cuerpo físico y mi capacidad para reaccionar ante las situaciones de forma rápida y eficaz. Después de todo, yo no era un guerrero. Si tuviera que buscar una palabra para describirme, sería que era un simple humano que sabía pelear un poco con boxeo y también sabía un poco de las peleas callejeras. Después de todo, había participado en varias peleas a lo largo de mi vida. La ciudad en la que vivía, o más bien el pueblo en el que vivía, era uno plagado de peligros, en donde todos los días tenías que luchar con alguien para poder sobrevivir, ya que las pandillas tenían azotado todo el lugar y los ladrones abundaban. Aunque eso cambió con la llegada de ciertas políticas a la zona.
Una vez que se hicieron las 7 de la mañana, me levanté de la cama en la que me encontraba. No me fui a bañar ya que no necesitaba hacerlo. Después de todo, mi cuerpo no soltaba fluidos y, por lo tanto, mi olor era casi nulo. Lo mismo pasaba con las idas al baño; no necesitaba ir al baño, ya que en realidad no producía material fecal. Todo eso se debía gracias a la distribución de nutrientes que había establecido D en mi cuerpo. Técnicamente hablando, mi cuerpo no estaba desaprovechando ninguna pizca de nutrientes; la descomposición de los nutrientes era perfecta.
Una vez que me levanté de la cama, me coloqué los zapatos que me habían regalado. Pude ver que la niña elfo aún estaba dormida en su habitación, y con justa razón, después de todo se había acostado un poco tarde y había gastado mucha energía. Incluso yo me sentí cansado con toda la charla que soltó la niña elfo. Una vez que me levanté, me dirigí hacia la puerta y la abrí. Pude ver al guardia real estacionado como siempre, justo al lado de la puerta de la niña elfo. Era el mismo tipo que podía dividir su cuerpo en dos; tenía un poder bastante útil, que sin lugar a dudas robaría cuando se presentase la oportunidad.
Me dirigí hacia la puerta de la habitación de la niña elfo. Caminé suavemente con pasos coordinados y una confianza inquebrantable. Una vez que llegué justo enfrente de la puerta, el guardia real me miró levemente, parecía estar diciéndome con la mirada que no podía entrar en la habitación. Pero eso a mí no me importaba. Así que le respondí:
"Voy a entrar."
Le respondí con una voz autoritaria. El guardia real no le quedó de otra más que asentir con la cabeza. Él sabía que no le convenía enfadarme, de esta forma puse mis manos sobre la cerradura de la puerta y la abrí lentamente, y puse un pie dentro de la habitación. Lo que vi en la habitación era algo que ya había visto antes: la niña estaba rodeada de lujo. Se podía ver su cama cubierta de juguetes de peluche en forma de almohada. Las paredes estaban cubiertas de cuadros. En la habitación se podían sentir múltiples hechizos de detección que alertarían a la guardia real si eran activados. No solo las paredes estaban llenas de cuadros, también se podían ver algunos dibujos que parecían haber sido dibujados por la propia niña elfo. Siendo sincero, la niña dibujaba mejor de lo que yo podría haberlo hecho en toda mi vida. Era simplemente una genio. Me acerqué a la gran cama en la que dormía la niña y pude ver su rostro, que reflejaba inocencia. Esta niña, sin lugar a dudas, tenía los hábitos de su tía. La cama estaba toda desordenada; parecía como si un remolino de aire se hubiese metido en la cama y hubiese hecho giros en las sábanas con fuerza.
"Despierta, Lia" le dije con voz lo suficientemente alta como para despertar a una persona normal, pero pareció no tener ningún efecto en ella. Me quedé observándola por un momento y, después de un rato, tomé una decisión.
"Está decidido, hoy aprenderás a usar maná" dije con voz lo suficientemente alta como para que el guardia real escuchara mis palabras. Él aún se encontraba fuera de la habitación y la puerta estaba cerrada, pero sabía que él era capaz de escuchar lo que estaba diciendo. Después de todo, los miembros de la guardia real podían potenciar sus capacidades físicas sin problema. Por lo tanto, no sería extraño que su audición mejorara exponencialmente.
A pesar de mis palabras en voz alta, la niña todavía seguía dormida. Pero eso no me importaba en lo más mínimo. Con un solo pensamiento, activé la característica "mover" y la niña fue levantada en un instante por una fuerza invisible. Se podía ver a la niña levitando en el aire. Mientras hacía levitar a la niña en el aire, le dije al guardia real que entrara. No tardó nada en entrar a la habitación en la que me encontraba. Una vez que estuvo frente a mí, le dije:
"Reúne a toda la familia de la niña elfo. Diles que hoy será la primera clase de la niña y quiero que todos estén presentes. Diles que la reunión será en aquella habitación mágica."
El guardia real escuchó con atención mis palabras y no tardó mucho en dar media vuelta y dirigirse a informar a la familia real. Mientras que el guardia real iba a avisarle a la familia real de lo que le había informado, yo me dirigí con la niña elfo hacia aquella habitación mágica. La niña elfo aún dormía, ignorante de lo que estaba a punto de suceder. La mantuve todo el tiempo levitando; no quería que se despertara aún. Después de 20 minutos de espera, finalmente las figuras que esperaba aparecieron en la distancia.
Yo me encontraba sentado en la hierba del lugar. Esperé a que la familia real se acercara al lugar en donde yo me encontraba. Ellos no habían venido solos; también habían traído a dos guardias reales con ellos. Al ver a esos guardias reales, una sonrisa se dibujó en mis labios. La primera persona en romper el silencio que había fue Angrod:
"Buenos días, D. Escuchamos que nos mandaste a llamar."
Las personas que se habían presentado ante mi llamado fueron Angrod, Maedhros, Eryn, Idril, Naida y Keijo. Hubiese preferido que en vez de esos guardias reales estuviesen los dos intrusos. De una cosa estaba seguro y era que si esos sujetos se enteraban de que la niña elfo había despertado su maná, sin lugar a dudas se volverían locos y atacarían como una manada de salvajes. Según la información que había reunido, la niña elfo era extremadamente peligrosa para ellos; era extremadamente poderosa, o al menos lo sería en el futuro. Respondí con la mejor cara que pude reunir:
"Buenos días. Eso es correcto, yo los mandé a llamar a todos. El motivo de mi llamada es simple: el día de hoy estaré despertando los poderes de la niña elfo. O para ser más precisos, haré que la niña elfo sea capaz de utilizar el maná. Y quería que ustedes observaran el proceso de principio a fin."
Una vez que terminé mi declaración, le ordené a Keijo:
"Quédate afuera de la habitación y no dejes ingresar a aquel elfo de cabello negro y ojos negros. Ese elfo es uno de los intrusos. Para ser más exactos, la cosa que yace en su interior es el intruso. La persona que normalmente acompaña a ese elfo también es un intruso. Si esos dos intentan ingresar, mátalos en el acto."
Las declaraciones que había soltado habían caído como bombas que dejaron confundido a varios de los presentes, haciendo que olvidasen mi declaración anterior. La sorpresa era evidente en sus rostros. Parecía que el elfo de cabello negro y ojos negros se había ganado su confianza. Estaban sorprendidos de que resultara ser un intruso. Pude escuchar la voz confundida de Angrod:
"¿Estás seguro de eso?"
"Sí, no tengo la menor duda. Esos dos son los intrusos. Parecen tener las capacidades para transferirse a otros cuerpos sin problema alguno. Así que deben de tener cuidado de no alertarlos."
Keijo dio un paso adelante y expresó su opinión:
"Esos dos han tenido un comportamiento extraño desde hace algún tiempo. Parecían estar tratando de averiguar todo sobre nuestro invitado y la frecuencia de sus acciones aumentó deliberadamente desde el momento en que él apareció herido."
"Oh, así que te habías dado cuenta."
"Sí."
Todos parecían estar molestos e indignados de que hubiesen dejado que esas personas se infiltraran tan fácilmente entre sus filas.
Si los dos intrusos hubiesen estado ocupando los lugares de los dos guardias reales, sin lugar a dudas habrían atacado y habrían quedado expuestos ante todos, y hubiese sido un poco riesgoso para el proceso que estaba a punto de realizar. Pero ya que ese no era el caso, decidí simplemente no dejar que ellos intervinieran.
Angrod preguntó con una voz preocupada:
"¿Sabes qué están planeando esos tipos?"
Miré directamente a los ojos de Angrod y le respondí:
"No te preocupes. Sé a detalle lo que están planeando. Te lo contaré ya que ustedes estarán participando en el plan que tengo preparado. Pero primero haré que la niña elfo pueda utilizar el maná."
"Entiendo, pero ¿a qué te refieres exactamente con hacer que mi nieta pueda usar maná? Eso no es posible. No existe manera de hacer tal cosa a no ser que utilice algún artefacto especial."
"Angrod, sé que sabes que es posible. Deberías saber de antemano que el cuerpo de los seres vivos posee ciertos canales por donde fluye el maná. ¿O me equivoco?"
Él escuchó atentamente cada una de mis palabras y después abrió los ojos en señal de sorpresa. Estaba más que claro que había entendido a que me estaba refiriendo.
"Espera, ¿acaso tú estás tratando de emplear ese método prohibido?"
"Exactamente. Utilizaré mi propio maná y lo haré circular en el cuerpo de la niña elfo de forma minuciosa. Forzaré que sus canales se abran."
"Tú... ¿De dónde sacaste ese método? Se supone que solo la familia real debería conocerlo."
"Por supuesto que conozco ese método. Después de todo, ya lo he utilizado en este cuerpo. Asumo que todos pensaron que simplemente le mostraría mi magia a la niña elfo, pero lamento informarles que nunca estuvo entre mis planes hacer tal cosa. Mi objetivo siempre fue abrir los canales de la niña elfo."
Todos fruncieron los ceños ya que parecían saber de lo que estaba hablando. La siguiente en unirse a la conversación fue Idril, quien explicó en tono molesto:
"Ese método fue prohibido hace siglos por su complejidad. Después de todo, se requiere un maestro experto en el arte de manipulación de los canales del cuerpo. En el pasado se utilizó en innumerables ocasiones. La cantidad de muertos fácilmente podría exceder los 4 dígitos. Las probabilidades de éxito eran extremadamente bajas por eso se prohibió ese método y con el paso de los años ese método fue olvidado y hoy en la actualidad ya no existen personas capaces de emplearlo. ¿Estás tratando de decir que tú puedes hacerlo?"
Miré a los ojos a Idril y le respondí con confianza:
"Si puedo hacerlo, las probabilidades de éxito son del 100% si lo realizo yo, pero esa probabilidad puede verse afectada si soy interrumpido en medio de dicho proceso."
Idril respondió con tono de molestia:
"He leído sobre ese método y causa un gran dolor a la persona en cuestión. ¿Crees que mi linda sobrina podría resistir todo ese infierno? Ella aún es muy pequeña. Es mejor esperar a que sus canales se abran de forma natural. No expondremos al peligro a mi sobrina."
Una sonrisa se dibujó en mi rostro, en contra de mi voluntad. Me gustó la forma en que protegían a la niña. Sabía qué no estarían contentos cuando les explicara a detalle.
"Idril, no te preocupes por la seguridad de la niña elfo. Yo sé mejor que nadie los riesgos que conllevan el abrir los canales de alguien a una edad temprana."
"Entonces..."
"Pero mi método no es el mismo del que ustedes tienen conocimiento. Es un método desarrollado por mí y es simplemente perfecto."
"¿Qué quieres decir con eso?"
"Lo que quiero decir es que tu sobrina no sufrirá ningún daño ni sentirá ningún dolor en el proceso. Así de seguro es mi método. ¿O cómo crees que yo utilizo maná?"
Todos quedaron en silencio ante mi declaración. Estaba más que claro que estaban pensándolo y, si se analizaba lo que les había dicho, era obvio que yo había empleado un método capaz de abrir los canales. La evidencia de eso se encontraba en mi cuerpo, ya que yo podía utilizar el maná, ya que mis canales estaban abiertos desde que era un bebé. La siguiente en acercarse y unirse fue Eryn. Ella preguntó con voz preocupada:
"¿Estás seguro de que mi niña no sufrirá?"
"Tienen mi palabra de que ella no sentirá ningún dolor o molestia durante dicho proceso."
Le respondí con sinceridad. Después de un momento de contemplación, la reina volvió a hacer otra pregunta:
"¿Es necesario acelerar un proceso que ocurrirá de forma natural?"
La reina dio en el clavo. Hizo la pregunta que justo no quería responder. Solté un suspiro y no me quedó otra que darle una respuesta.
"Sí, es necesario que ella sea capaz de defenderse con sus propios poderes. Sé que en algún momento la guardia real no podrá defenderla. Se presentará una situación en la que ella esté indefensa y corra el riesgo de que la maten. Yo no estaré en esta mansión cuidándola por siempre. Mi estancia en este lugar es temporal, pero de algo estoy seguro: y es que los enemigos de la niña estarán siempre al acecho. Por eso quiero que al menos tenga una forma de defenderse."
La reina asintió con la cabeza en señal de entendimiento. Luego me dijo:
"La dejo en tus manos."
Maedhros miró a su esposa y ambos intercambiaron miradas. Él parecía no estar de acuerdo, pero al ver la mirada determinada de su esposa optó por seguir su voluntad.
Maedhros dijo unas palabras que no contenían indicios de ningún tipo de emoción en ellas:
"Si mi hija sufre por esto, te haré pagar por ello."
Lo miré directamente a los ojos. Mostraban una voluntad inquebrantable y una seriedad sin precedentes. Estaba hablando muy en serio.
"Entendido" le dije sin burlarme de sus palabras. Básicamente me estaba amenazando o más bien era un hecho de que haría lo que tuviera que hacer para vengarse si algo le pasaba a su hija.
Me di la vuelta hacia la niña, que aún flotaba detrás de mí, y mientras la miraba solté una información que ellos desconocían:
"La razón por la cual los individuos de antes querían asesinarla se debe a que, supuestamente, ella es poseedora de un inmenso poder. Supuestamente, ese poder es capaz de poner de rodillas al mundo mismo y a cualquier raza que se le oponga."
Al escuchar mis palabras, todos parecían consternados por lo que les acababa de decir. No parecían entender lo que les estaba diciendo. Así que fui un poco más específico:
"Más fuerte que Idril, más fuerte que ese domador de bestias, tal vez más fuerte que un dragón."
Cuando fui más específico, de inmediato pude ver jadear a la reina. Pude ver cómo abría su boca de pura sorpresa. Los demás no fueron la excepción.
Seguí con la explicación para que ellos comprendieran que la niña, en el fondo, no era tan débil como ellos pensaban. Ellos no tenían la menor idea del potencial que ella tenía.
"Quizás más fuerte que yo, no lo sabría decir con certeza."
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