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—¡Ni siquiera me atrevería a imaginar que estos Frutos de Esencia de Trueno podrían madurar todos de la noche a la mañana! Esto es simplemente una habilidad que ni dioses ni demonios pueden comprender. Algunos defectos triviales, Señor Ye no debería tomárselo a pecho.
Al lado, Yu Xin ya había quedado atónita hace tiempo. La escena que ocurrió ante sus ojos era realmente demasiado milagrosa.
En cuanto a la pérdida del 10%, no le importó en absoluto.
¡Esos tantos Frutos de Esencia de Trueno eran suficientes para compensar esa pequeña pérdida!
—Dejen de mirar. Todos entren y cosechen los Frutos de Esencia de Trueno. Esta extensión de la Arboleda de Frutas de Esencia de Trueno no es pequeña. Un quinto de los Frutos de Esencia de Trueno debería ser más que suficiente para ustedes. Muévanse un poco más rápido. Supongo que ya hay gente en camino —dijo Ye Yuan.
—Muchísimas gracias, Señor Ye —asintió Yu Xin.