Ella salió de la habitación, Risa caminando detrás de ella. Llegaron a la sala de estar, todos se levantaron al verla.
—¿Estás lista, Nyx? —preguntó Elena.
Ella dudó, miró a Lisa quien le asintió.
Miró a Elena, —Sí, Su Majestad. Asintió.
Elena sonrió, —Eso es genial.
Demetrius hizo una señal al resto, —¡Preparen el carruaje!
Todos marcharon afuera, dejando a Elena, Oberón y los demás en la sala de estar.
Elena sonrió a Lisa, —Permítenos llevarnos a Nyx con nosotros.
—Oh, su alteza, no necesitan nuestro permiso para llevársela, pueden llevársela con ustedes. —rió Lisa.
Andrew asintió, —Sí, Su Majestad, pueden llevársela, no nos importa. —sonrió.
—De todas formas, no la necesitamos. —murmuró Risa.
Los ojos de Nyx ardían con lágrimas, su familia estaba tan ansiosa por casarla. ¿La odiaban tanto? Secó sus ojos en secreto.
Elena asintió. Oberón arqueó una ceja, su familia no parecía renuente a dejarla ir. Miró a Nyx, quien llevaba una expresión solemne.