—¿Quién es su compañero? —había un tono cortante en la voz de Dante cuando preguntó.
—Es tu amigo, Elijah —respondió la señora Collins, sin parpadear.
—¿Elijah? —un sudor frío salió en la cara de Dante y lo limpió con rabia.
—¿Estás bien? —preguntó su padre al verlo inquieto.
—Vuelvo enseguida. Iré a buscar a Elijah —fue la respuesta mientras Dante giraba y salía de la habitación.
Su padre miró la puerta mucho después de que él se hubiera ido. Suspirando profundamente, se volvió hacia el Dr. Gilbert.
—¿Qué necesitamos hacer?
—He administrado una gran dosis de anestésicos. Debería estar inconsciente más tiempo de lo normal —respondió el Dr. Gilbert con calma.
—Continuemos esta discusión en otro lugar —dijo el Alfa Steve mientras salía de la habitación.
—Sí, Alfa —respondió, pero miró hacia la señora Collins que asintió con la cabeza.