Chapitre 7: Capítulo 7. Culpables
En aquel momento Maximiliano no entendía aquella negativa del capitán de no querer regresar por Luciana, ya que esto era de vida o muerte.
Hasta que su madre le dijo que ya estaban llegando al puerto, que lo mejor era avisarles a las autoridades competentes y así comenzar una búsqueda, pues ellos tenían toda la experiencia y embarcaciones para ese tipo de caso.
Además, deberían llevar a Olivia a un hospital antes de que se pusiera peor y así lo hicieron.
Aunque Maximiliano aceptó las palabras de su madre y la del capitán, puesto que estos dos tenían razón y no podía poner la vida de los demás en peligro solo por su gran error.
En ese instante se les acercó sus dos hermanos, para ayudar a calmarlo, diciendo que cuando estuviesen en tierra iban a hacer de todo para ayudar en la búsqueda de Luciana, pues todos eran culpables de aquel terrible error, menos Olivia, la cual todavía estaba inconsciente y no se dio cuenta de lo sucedido replicó Matías muy preocupados por aquella situación.
Maximiliano no podía creer lo mal esposo que había sido todo este tiempo y lo peor que pudo hacer para demostrar que nunca se preocupó por las cosas de su esposa, fue dejarla a mitad del mar.
Sin darse cuenta hasta después de un tiempo considerable para que ella a estas horas ya se hubiese ahogado sin un salvavidas para que por lo menos pudiera resistir hasta que volvieran a rescatarla.
Y no le echaba la culpa a nadie más, sino que solo él era el culpable de lo sucedido, ya que ahora se daba cuenta de cómo había ignorado a Luciana desde que se casaron y ella nunca lo culpó por nada, siempre que él llegaba le tenía una dulce sonrisa y lo ayudaba en todo.
Ahora que estaba pensando en cómo se comportó todo este tiempo con su esposa, estaba viendo las consecuencias de sus errores y no podía hacer nada para remediar su error, en ese momento se juró que sería un mejor hombre para su mujer y nunca dejarla sola como lo venía haciendo, solo pedía una segunda oportunidad.
Maximiliano estaba perdido en sus pensamientos y se decía que cómo fue capaz de hacer algo como dejar a su esposa en medio del mar, que tan mal hombre era para haberse olvidado por completo de su mujer.
Apenas llegaron a tierra, como ya habían avisado de lo sucedido a la base, ya tenían todo listo para comenzar la búsqueda de Luciana y Maximiliano no hizo caso a la sugerencia que le decían que lo mejor era que se quedara.
Ya que en vez de ayudarlos los interrumpiría en la búsqueda y podría ser peligroso para él, por la tormenta que aún persistía.
Pero en ese momento lo que menos le importaba a Max era su seguridad, puesto que la seguridad de su esposa estaba en peligro y todo por no haber sido un mejor esposo para ella.
Después de haberse subido a las embarcaciones y comenzar la búsqueda, ya que no podían hacerlo con los helicópteros por el tiempo que no los estaba ayudando nada.
Luego llegaron al lugar donde Maximiliano y el capitán habían señalado como el sitio donde habían dejado a Luciana por un estúpido olvido.
Pero en aquel lugar no había ni rastro de su mujer y por más que buscaron por varios kilómetros a la distancia no encontraron nada, pero igual tenían que seguir buscando hasta que consiguieran su cadáver, pues esto es lo más seguro que encontrarían.
Ya que lo más probable era que Luciana a esas alturas ya estaba en el fondo del mar, comentó uno de los tripulantes y no era para menos pensar de ese modo, por el hecho de que habían pasado más de diez horas después del suceso y era imposible que una persona sobreviviera sin ningún salvavidas y mucho menos si contaran con el tiempo que no les ayudaba para nada.
Pero Maximiliano se negaba a ese resultado, pues sabía mejor que nadie, que su esposa no era de las que se rindiera tan rápido, además ella era una buena nadadora, aunque nunca lo demostró, él la había estado observando todo este tiempo y se dio cuenta de varias cosas que le gustaban y le habían impactado de ella.
Y una de ella es que era muy buena nadando, tanto así que supuso que había podido estar en algún equipo de natación compitiendo en las olimpiadas y por eso se negaba a aceptar lo que los demás decían.
Por ningún motivo iba a dejar de creer en algo diferente, pues si pensaba en lo contrario, eso quería decir que él era un asesino que por su incompetencia había matado a su propia esposa.
Ya habían pasado tres días buscando a Luciana y cada día que pasaba se perdía más la esperanza de conseguirla con vida, ya que la falta de no encontrarla indicaba una sola cosa y era que los tripulantes de aquella búsqueda tenían razón, y su esposa estaba mu… no podía ni pensar en esa posibilidad.
En ese instante, Max, que nunca había creído en ningún milagro y en nada que se le asemejara, se puso de rodillas y rogó a Dios o los santos habido y por haber para que le devolviera a su esposa sana y salva.
Que si querían a alguien se lo llevaran a él, puesto que había sido el culpable de aquel suceso y su mujer no tenía nada que ver y si había alguien que merecía vivir era ella.
En aquel momento, al suponer que podía perder a Luciana, se dio cuenta de lo importante que era ella para su vida.
Solo que como todo este tiempo la había tenido, no se había dado cuenta de que amaba a su mujer. Pero ya era demasiado tarde para ellos, ya que, en ese mismo instante, el líder de aquella búsqueda se le acercaba y le indicaba que habían encontrado una mujer flotando en el mar, que lo más probable era que fuera su esposa, por la descripción de cómo estaba vestida.
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