—¡Hera, hemos venido a recogerte! —La voz de Zen resonó a lo lejos mientras Hera levantaba la vista al ver a Zen y Xavier acercándose.
—¿Ya habéis terminado? —preguntó Hera con un toque de sorpresa en su voz. Había estado planeando terminar después de una última charla con los aldeanos con los que había estado trabajando ese día, con la intención de volver al establo.
—Ambos acabamos de terminar nuestras respectivas tareas y nos encontramos por el camino hacia el establo, así que pensamos en venir juntos a recogerte —explicó Zen, asumiendo el papel de portavoz de Xavier mientras Xavier permanecía en silencio a su lado, su mirada fija en Hera.
Al terminar Zen de hablar, frunció ligeramente la nariz. Como los aldeanos ya se habían despedido de Hera, solo quedaban los tres de pie al borde del campo.