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—Holly molly... muchas gracias, querida Kelly Goodwin, por enviar tantos castillos. Lo siento, ayer estaba demasiado angustiada para darte las gracias.
...
Leland decidió hacer lo que ella quería. Si ella decía que debían consumar su matrimonio ahora, entonces lo harían.
Sophie tocó la mano de Leland cuando él la extendió hacia ella. En el momento en que sus manos se tocaron, él sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. Esta era la primera vez que se tomaban de las manos de esa manera. Para él, fue eléctrico.
Por un momento, quedó atónito.
—Mi señor... —la voz de Sophie lo sacó de su ensueño. Leland levantó la vista de sus manos y miró solemnemente a la hermosa mujer. Sus grandes ojos redondos estaban realmente tristes. La visión le dolía.
¿Cómo podía hacerle esto a ella?