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—Cheng Che dijo con un dejo de miedo:
—Como era de esperarse de la Abuela. Afortunadamente, ella encontró una manera de ayudarnos. La sabiduría realmente viene con los años… —Tras un momento, miró a Mu Chen, horrorizado, mientras preguntaba:
— Hermano, ¿esto significa que la Abuela también lo sabe, verdad?
—Mu Chen ni lo negó ni lo confirmó. —No discutí explícitamente este asunto con la Abuela, pero la Abuela puso a prueba a esa mujer unas cuantas veces delante de mí. Siempre...
—¿Siempre qué? —preguntó Cheng Che.
—Mu Chen miró por la ventana. —Ella hizo que el bebé llorara esta mañana así que me enojé con ella. La Abuela entonces dijo que yo prometí a Song Ning que nunca llevaría mis emociones del trabajo a casa y viceversa y que nunca me enojaría con Song Ning...
—Los ojos de Cheng Che se agrandaron. —¿No es eso como la primera frase del código de empleados de nuestra compañía?
—Mu Chen asintió. —Sin embargo, Song Ning aceptó que le prometí eso...