```
—Cuanto más lo pensaba Sarah, más agraviada e indignada se sentía. Solo quería ver a su hija. ¿No tenía siquiera ese poquito de derechos humanos? Mientras pensaba, de repente se oyó un suave chirrido procedente de la litera principal. Sarah estaba acostumbrada. En esta prisión de mierda, no importaba quién se diera la vuelta, la cama chirriaría. Sin embargo, este chirrido no tenía intención de detenerse. Sarah abrió los ojos frustrada… ¡Lo que vio le asustó tanto que tembló y casi salió volando en el acto!