Después de un día entero de sueño, Song Ling despertó, su mirada flotando a través del pálido techo y el agudo aroma del desinfectante llenando sus sentidos.
Sus pensamientos se reorganizaron lentamente, recordando la escena antes de desmayarse. Llamó en voz alta:
—¡Gu Dai!
Zhao Xuan, sacudido de su estado somnoliento, se levantó emocionado:
—¡Presidente Song, usted está despierto! Voy a llamar al doctor.
En minutos, casi todos los doctores del hospital se reunieron alrededor.
Ge Liang admiró:
—Presidente Song, se está recuperando bien. De verdad, el Doctor Legendario es extraordinario. Las habilidades médicas del Doctor Legendario son supremas, incluso tratando con éxito una lesión cardíaca al instante.
Song Ling, sin embargo, no prestó atención a sus palabras. Agarró a Zhao Xuan, preguntando con urgencia:
—¿Dónde está Gu Dai? ¿Cómo está ella?
Zhao Xuan, sorprendido por la profunda preocupación de Song Ling por Gu Dai justo al despertar, rápidamente tranquilizó: