—Zhou Ye observaba constantemente a Zhou Ci, notando que él miraba intensamente a Gu Dai —preguntó—. Nieto, ¿te gusta Gu Dai?
—Sacudido de su ensimismamiento, Zhou Ci respondió con una sonrisa—. Sí, Abuelo, debes ayudarme a aprovechar la oportunidad.
—Zhou Ye lo miró fijamente, muy consciente de las acciones pasadas de Zhou Ci. Sin embargo, la intensidad de la mirada de Zhou Ci hacia Gu Dai parecía genuina —. Puedo ayudar, pero solo si realmente te interesa de verdad. Si actúas como antes, ¡te romperé las piernas!
—En la mente de Zhou Ci, apareció una imagen de Gu Dai. Comparada con otras mujeres que había conocido en el pasado, ellas palidecían en importancia.
—Notando el prolongado silencio de Zhou Ci, Zhou Ye, en una muestra fingida de impaciencia, levantó su bastón y lo golpeteó ligeramente en la pierna de Zhou Ci, preguntando —. ¿Bueno? ¿Qué tienes que decir?
—Agarrándose la pierna y fingiendo dolor, Zhou Ci respondió —. ¡Lo digo en serio! ¡Absolutamente en serio!