"Pensé... que no íbamos a ir a tu casa. Yo no elegí ir a tu casa, ¿verdad? Elegí la opción donde podíamos ver las estrellas, ¿recuerdas?". pregunté confundida. ¿Por qué estoy en su casa? El mayordomo lo saludó como el amo de la casa, así que obviamente ésta es su casa, ¿no?
"Nunca dije que no íbamos a venir a mi casa. Las tres opciones eran referencias a mi casa. Tu elección determina a cuál, de las mansiones que poseo, te llevaría", explicó Edward con una pequeña risa. Debe de estar disfrutando mucho jugando conmigo.
"¿Y la tercera opción? La tercera opción era tu casa". Pregunté, un poco cabreado porque estaba jugando conmigo otra vez.
"Si usted ha elegido que yo habría elegido al azar uno de mis lugares para usted. Ah... y la tercera opción estaba ahí para que pensaras que las dos primeras opciones no eran mi sitio. Funcionó bien, ¿verdad?". Edward me descifró el enigma con una sonrisa infantil.