A la mañana siguiente, cuando volví a mi habitación, Reiner estaba allí apoyado en mi puerta. Lo último que necesito ahora es explicar por qué no estaba en mi habitación y adónde fui.
"¿Dónde has estado?" preguntó Reiner sin mirarme.
"Fui a buscar algo para picar a la cocina", respondí. Sí, mentí. Lo odio, últimamente miento mucho.
"¿Desde las 2 de la mañana? ¿También te quedaste dormido en la cocina?". Reiner respondió con los ojos entrecerrados.
"¿Llevas ahí desde las 2 de la mañana?" pregunté sorprendido.
"Lo suficiente para darme cuenta de que estuviste fuera prácticamente toda la noche", contestó Reiner mientras me miraba.
"No creo que tenga que darte explicaciones. Apártate, por favor. Quiero estar sola", dije en voz baja mientras intentaba pasar junto a él hacia mi dormitorio.
Para mi sorpresa, Reiner no intentó detenerme y no hizo más preguntas. Una vez dentro de mi habitación, cerré y atranqué la puerta tras de mí.
Edward... necesito ver a Edward.
...