Chapitre 24: De vuelta a casa (parte 3)

Me encuentro flotando en el lago con el chaleco salvavidas puesto, estoy simplemente dejándome llevar por el agua la cual está completamente en calma, observo las nubes en el cielo intentando buscarles forma, hay una con forma de elefante, otra con forma de ave, aquella con forma de auto y por allá está la que tiene forma de perro. De tan tranquila y relajada que estoy puedo escuchar mi respiración y los latidos de mi corazón, así como también al fondo escucho el canto de las aves, fue una buena idea venir aquí, ya me hacía falta tener un poco de tiempo a solas y meditar. Estas últimas semanas han sido difíciles, sobre todo los examenes de la universidad. He intentado estar desconectada de todo desde que llegamos a la cabaña, incluyendo la tecnología, así puedo concentrarme en pasar el mayor tiempo posible con papá y Travis. Ni siquiera he hablado con Jen o Marie, simplemente dejé el celular en la habitación y me olvidé por completo de el. En mi cabeza sigo dandole vueltas a la idea de que mi madre no está aquí con nosotros; finalmente volvió a salirse con la suya, todos los días inventa una excusa diferente para no venir a la cabaña, hoy ya es jueves, simplemente debería dejar de pensar en ella, al fin y al cabo, no somos su prioridad y aún me tiene mucho rencor por lo que sucedió con Steve. A veces desearía poder confrontarla y que me diga todo lo que siente, porque me estoy ahogando en culpa y ella no me está ayudando a salir a flote, entiendo que ella está triste y devastada, pero no tiene el derecho de hacerme sentir tan sola y miserable; yo tambien me estoy desmoronando por dentro desde que mi hermano murió en mis brazos.— No Kate, ya deja de pensar en eso. — Me repito a mí misma. — Relájate estas de vacaciones.Respiro profundamente para volver a calmarme, vamos a pensar en algo positivo y feliz ¿Qué podrá ser? Pronto brota en mi mente el recuerdo de aquel beso. Siento de nuevo aquel hormigueo que recorre mi espalda hasta llegar al cuello. Al cerrar los ojos viene a mi cada sensación que experimente en ese momento, suspiro al recordarlo. No sé qué me sucede con él, pero quiero más. Quiero que vuelva a tenerme entre sus brazos y que me bese con las mismas ansias e intensidad con las que me besó por primera vez y, sobre todo, no quiero que se detenga cuando esté buscando algo más.¿Pero que estoy diciendo? Primero tengo que saber que es cierto que va a cambiar, no puedo estar con él si tengo temor a que me engañe. ¿Y por qué no puedo dejar de pensar en él? En esos hermosos ojos azules, sus camanances, su voz tan cautivadora y varonil, en su aroma tan atractivo, por algún motivo sus manos y brazos también me gustan mucho, se marcan sus venas aun sin hacer esfuerzo. Suspiro aun más de tan solo recordarlo.— Kate ya vamos a comer. — Grita mi padre desde el muelle.— Voy en un momento. Nado tranquilamente hasta llegar a la orilla, allí me quito el chaleco salvavidas y me pongo las sandalias. Mi padre me da la toalla para que pueda secarme un poco.— ¿En qué pensabas tanto? — Pregunta mi padre. — Te vi flotando durante mucho tiempo.— En nada en particular, solo estaba divagando. Por cierto ¿Cómo está la agente Peralta? Tengo mucho tiempo de no verla.— Ella está muy bien, les mandó saludos. Quizás para las siguientes vacaciones tenga un poco de tiempo y nos acompañe a almorzar o incluso podríamos venir aquí. — Eso sería estupendo.— Bueno, vamos a comer.Mi padre me abraza mientras caminamos hacia la mesa que está fuera de la cabaña, allí encontramos a Travis colocando los cubiertos.— Por fin saliste del agua, por un momento creí que te quedarías a vivir allí. — Se burla Travis.— Muy gracioso, solo estuve como media hora allí.— Hora y media de hecho. — Afirma mi padre.— Bueno, hora y media tampoco es tanto. Mejor vamos a comer, muero de hambre.Cada uno prepara su hamburguesa con los ingredientes que quiere, yo le pongo una capa de lechuga sobre el pan, luego coloco la torta de carne, dos capas de diferentes quesos, tomate, cebolla caramelizada, pepinillos y para finalizar mis aderezos preferidos, mostaza Dijon y salsa de tomate.— ¿No vas a agregarle hongos? — Travis me da el bowl.— No me gustan. — Los dejo en la mesa.— Tienes el paladar de un niño de cuatro años. — Rueda los ojos.— Tienes el paladar de un niño de cuatro años — Lo imito de forma burlona y luego le saco la lengua.— Y la actitud también. — Me fulmina con la mirada.— Hay cosas que nunca cambian. — Suspira mi padre recordando como éramos de pequeños.Al terminar de almorzar comenzamos a guardar las cosas que vamos a llevarnos de vuelta a casa, yo por mi parte voy a mi habitación a arreglar la maleta. Escucho la vibración del celular, seguramente alguien me está escribiendo.° No te olvides de la cena de hoy.Jen 2:23pm ✓✓ ° Ya se me había olvidado. Jaja es broma estaré lista a las 7.Mientras espero su respuesta me tumbo sobre la cama para revisar mis redes sociales, parece ser que Denver subió algunas historias, abro la burbuja de sus historias para ver de qué se trata. Las primeras son videos de una fiesta, se ve que se la pasó muy bien. Al llegar a la última historia me encuentro con una foto de él con otro chico, pero lo que me llama la atención es que al fondo se ve a Kane besando a una chica.¿Qué es esto que siento en mi pecho? Es como si alguien me apretara el corazón. Vienen a mí los recuerdos de nuestra conversación en la playa.— Yo podría ofrecerte lo que sea que quieras tener.— ¿Podrías? ¿Dejarías de ver a todas esas chicas para solamente mirarme a mí?Ahora que lo pienso su falta de respuesta en ese momento fue la respuesta más evidente, él no lo hará, no dejará de ver a otras chicas solo para estar conmigo. Una lágrima se escapa de mis ojos, la limpio con las yemas de mis dedos de inmediato.— ¿Por qué estoy llorando? Él no es nada para mí.Será mejor poner las cosas en pausa con él, no voy a permitir que juegue conmigo o que me trate como a otra más de sus chicas. Quizás esta es una señal del universo para decirme que debo estar con Shawn. De ser así, al volver voy a intentar besarlo para saber qué es lo que siento por él.— Kate ya es hora de irnos. — Grita mi padre desde abajo.— Ya voy.Termino de empacar mis cosas a toda velocidad, le doy un vistazo más a la habitación para asegurarme de no estar olvidando nada. Afuera encuentro a Travis metiendo las cosas al auto así que le ayudo. Al ver hacia mi derecha observo a mi padre hablando por teléfono, parece estar disgustado.— Bueno, ya vámonos tenemos que aprovechar la luz del día. — Regresa mi padre con nosotros luego de colgar la llamada.Travis se durmió en los primeros quince minutos del viaje, hay algunas cosas que nunca cambian, desde pequeño hace lo mismo.Durante todo el trayecto me limito a observar los árboles y animales que encontramos por el camino, aquellas vistas son más hermosas cuando les pones mucha atención.— Has estado muy callada ¿Sucede algo? — Mi padre me observa por el espejo retrovisor.— No, solo estoy algo cansada.— Pero te la pasaste bien ¿No?— Sí, gracias por este viaje, realmente necesitaba desconectarme un poco de todo.— Espero que la siguiente vez que vengamos decidas traer a un chico. Ya es tiempo de que busques a alguien, no digo que te distraigas de tus estudios, solo digo que sería bueno encontrar a alguien en quien puedas apoyarte y tener planes para el futuro.— ¿Quieres decir que no me quieres en casa para toda la vida? Acabas de arruinar mis planes de ser una solterona que vive con sus padres a los cuarenta años. — Bromeo.— Bueno, si eso es lo que tu deseas por mí está bien, eres mi pequeña niña y honestamente no quiero que te vayas nunca.— Quizás te tome la palabra.Mi padre siempre fue muy amoroso conmigo, me protege y me enseña cosas útiles como disparar y cazar, agradezco inmensamente tenerlo como padre, sé que no todos tienen la dicha de tener uno.— ¿Sabes si mamá ya está en casa? — Travis despierta ya cuando estamos a cinco minutos de llegar.— Sí, debería seguir allí, le dije que regresamos a las siete para tomarla por sorpresa.Sé porque hizo eso, es para evitar que mi madre se vaya de la casa antes de que lleguemos, así no tendrá más opción que saludarme, más que una madre ahora parece que es mi enemiga o algo parecido, no puede verme ni en pintura.