Chapitre 18: Capítulo 5: Conspiración
Parte 1
Una repentina tormenta había comenzado, no era algo tan inusual en el llamado Reino de la lluvia.
La lluvia entraba por las ventanas abiertas del castillo, entre la humedad que salía de las paredes y los charcos que se formaban en el pasillo, se encontraba Ana y Gabriel caminando a toda prisa en dirección a la casa Norte.
- ¿Por dónde deberíamos empezar?
- Aunque no lo creas, yo eh establecido relación con algunos reclutas de la casa Norte.
- Ehhh, ¿Cuándo?
- Soy efectivo, por así decirlo.
- Eso no tiene ningún sentido...
Mientras conversaban, Ana y Gabriel salieron a un pasillo mucho mas amplio donde se encontraban muchos cadetes y soldados mayores, entre esos un pequeño grupo levanto la mano saludando en dirección de donde se encontraban Ana y Gabriel.
Ante esta señal, Gabriel les devolvió el saludo.
- Vamos, ellos son mis contactos.
- Está bien.
Ambos aceleraron el paso.
Una vez llegaron al pequeño grupo, Gabriel les dio un apretón de manos a los presentes.
- Esta chica es mi compañera de la casa sur, su nombre es Ana.
- Mucho gusto.
- Hola.
- Que hay.
- Un gusto.
Había 4 personas correspondientes al grupo.
Un joven de cabello negro hasta los hombros, piel blanca y ojos igualmente negros, no tenía un aspecto que lo hiciera destacar sobre el resto.
- Mi nombre es Azarot, un placer.
Se acercó a saludar una chica de cabello corto de color café, tenía una trenza que caía por el frente de su cara con dos esferas de color azul y rosa respectivamente, sus ojos eran de color azul y su piel morena, era más alta que Azarot.
- Mi nombre es Petra, y los amigos de Gabriel son mis amigos.
- Un gusto...
Ana solo puso una sonrisa algo rígida ante la inusual energía de Petra.
Siguió con su presentación un chico de piel morena, ojos oscuros, una cicatriz en forma de X en el lado izquierdo de su rostro, y de contextura algo más musculosa que el resto del grupo.
- Bueno, mi nombre es Equinox, un placer.
- Vale, igualmente.
Y por último, una chica de cabello rojizo, piel blanca adornada con pecas, un ojo era negro y el otro era azul.
- Es un placer, mi nombre es Ursula.
- Bueno, mi nombre es Ana, de la casa Sur, un placer conocerlos a todos.
Una vez terminadas las presentaciones, Gabriel empezó a hablar sin contenerse.
- Bueno amigos, me gustaría decir que vine a visitarlos por mi gran corazón, pero no es del todo así, aunque bueno sí.
Ana empezó a sacudirse de forma irregular, como si tuviera que ir al baño, y de la nada jalo del cuello de la camisa a Gabriel y le empezó a susurrar al oído.
- ¿Pero qué estás haciendo?
- Relájate, ellos son de confianza.
- Ese no es el punto...
El grupo frente a ellos solo los miraban confundidos.
De inmediato Ana se dirigió hacia el grupo.
- Bueno, la verdad es que seguramente se han enterado, pero un miembro de la casa sur fue asesinado por un atacante desconocido.
- Y bueno, por eso, estábamos averiguando pistas, aunque los soldados y la directora se están encargando de eso, realmente queríamos obtener información, para no dejar que la muerte de nuestra querida compañera sea en vano.
Luego del discurso de Gabriel, una lágrima recorría el rostro de todos los presentes, incluso del tipo duro de cicatriz en el rostro.
Ana solo pensaba que este grupo era extraño, buenas personas, pero aun extraños, al nivel de Gabriel, pero continuo.
- Entonces, por eso, realmente, vinimos por ayuda, para ver si saben algo anterior a al incidente o algo.
Petra llevo su mano a su barbilla y empezó a hablar con si de una investigadora se tratara.
- La verdad es que un día antes de que encontraran el cuerpo, yo me quede en el coliseo entrenando hasta tarde, ya que ese día lo ocuparon los del sur si no mal recuerdo.
Mientras que Petra hablaba, Ana estaba atenta de sus alrededores que no viniera el atacante misterioso que dejo a Alistair en cama. Y Gabriel estaba particularmente despreocupado, o era normal en él. En el tiempo que habían socializado, Gabriel parecía...
Un tonto sin más.
- Cuando ya había oscurecido demasiado, fui a dejar la espada de práctica, y cuando llegue donde se dejan las armas, me di cuenta que faltaban 3 espadas, aunque no le di importancia, porque igual no tenían filo alguno.
- Y entonces...
- No había caído en cuenta de algo, o más bien, no le di importancia, porque asumí que eran otros cadetes tan entusiastas como yo por el combate. Pero habían 3 más ahí presentes en el coliseo conmigo entrenando hasta altas horas de la noche, y sin darme cuenta, se habían ido antes que yo.
- ¡Lo recuerdo!
- ¡Ehhh!
El que hablo fue Azarot.
- Recuerdas Petra que fui al coliseo a buscarte porque me dijiste que entrenarías hasta tarde.
- Si, cierto.
- En ese momento cuando iba al coliseo, me cruce en el pasillo con 3 cadetes, aunque por la poca luz, no me di cuenta si llevaban espadas o no.
- Ya veo, bueno, es mejor que nada.
- Aunque...
Ante ese ''aunque'' de Azarot, todos los presentes entrecerraron los ojos mirando en su dirección.
- Recuerdo identificar al menos a uno de ellos.
- ...
- ...
- ...
- ...
- ...
- Era Mathers, de la casa del Este.
Ana hablo.
- Bueno, al menos ya tenemos algo.
Parte 2
- Como mierda se supone que reuniremos pistas, no tenemos donde comenzar.
- Bueno...
La pareja que caminaba por los húmedos pasillos de roca eran Kenric y la deprimida Ririna.
- ¡Maldición!
El grito irritado de Kenric resonó por todo el pasillo haciendo eco.
*BOOOOOM*
Una explosión se escuchó.
El sonido venia de la habitación donde se encontraba Alistair.
Rápidamente Ririna y Kenric corrieron en dirección donde estaba Alistair.
Entre más avanzaban, el pasillo se empezaba a nublar por el polvo de los escombros.
Parece que hubo una pelea.
En medio del humo una figura se dirigía hacia ellos.
Era una persona con gabardina ocultando su rostro con un vendaje.
El atacante saco un cuchillo y lo balanceo en dirección de Kenric, a lo que este metió su mano izquierda para protegerse. Kenric resbalo por la humedad del suelo a lo que el atacante misterioso lo ignoro y siguió derecho perdiéndose en la oscuridad del pasillo.
- ¡Ve y revisa a Orochi y Alistair!
Ante los gritos de Kenric, Ririna asintió la cabeza asustada y corrió en dirección a la enfermería.
Ririna llego rápidamente a la enfermería solo para encontrarse con la pared de esta derrumbada y la puerta estaba partida en dos en el suelo. Ririna se acercó con cuidado por si había otro atacante.
Para su sorpresa, Alistair seguía en la misma cama donde fue dejado. Ririna se acercó lentamente donde Alistair, toco suavemente su cara con su mano derecha mientras entrecerraba los ojos.
*Goteo*
*Goteo*
*Goteo*
Unas gotas de un líquido con olor a hierro caían sobre la mano que estaba acariciando el rostro de Alistair. Ririna lentamente movió su cabeza en dirección de donde caían las gotas de sangre y lo vio.
El joven de cabello negro, ojos totalmente negros, de piel clara, y aspecto relativamente delgado, estaba flotando sobre el techo de la enfermería con el estómago totalmente cortado. Los ojos de Orochi se cruzaron con los asustados ojos de Ririna.
Orochi seguía vivo, pero con esa herida no le quedaba mucho, de su ropa cayeron unas barras de color gris con una mecha encendida, eran explosivos. Ririna rápidamente cogió el inconsciente Alistair.
Una luz lleno el cuarto.
*BOOOOOOOOOM*
Parte 3
- Entonces, tenemos un nombre, Mathers...de la casa Este.
Ana y Gabriel se encontraban caminando por un pasillo amplio donde se encontraban muchos cadetes y soldados vigilando las entradas.
Los rayos caían, la tormenta no parecía que iba a detenerse pronto.
- Bueno, aunque dijeran Mathers, no sabemos si el realmente tiene algo que ver.
- Bueno, es cierto, pero...
Un rayo impacto sobre una de las torres del castillo provocando un incendio en este, varios soldados se movilizaron rápidamente en dirección de la torre dañada.
Ririna solo observaba la torre consumirse por las llamas desde su ventana.
- Deberíamos volver con los chicos, ¿no crees Ana? Ya por hoy hemos tenido bastantes avances, y esta tormenta hará que los cadetes entren a sus dormitorios más temprano.
- Tienes razón...
Pero en ese momento.
*BOOOOOM*
Una explosión resonó por todos los pasillos de la academia.
- ¡¡¡!!!
- ¡¡¡!!!
Ante la explosión que parecía venir del sur de la academia (castillo) donde se encontraban Alistair y Orochi. Ana y Gabriel corrieron rápidamente para ver que todos estuvieran bien.
Parte 4
Ana y Gabriel llegaron al lugar de la explosión, donde vieron a Kenric lleno de moretones y polvo recostado contra la pared. Gabriel le puso la mano sobre su hombro.
- Oye amigo, ¿estás bien?
Kenric lo vio de reojo y le respondió.
- Si... de alguna forma.
- Me alegra.
- Pero Ririna no corrió con la misma suerte, y ni que decir de Orochi.
Justo en ese momento varios soldados estaban sacando a Ririna de lo que alguna vez fue la enfermería.
Ririna tenía varias quemaduras por todo el cuerpo, incluyendo la mitad derecha de su rostro. Al parecer antes de la explosión, Ririna logro usar el colchón de la cama de Alistair para cubrirlo a él del impacto, pero ella quedo expuesta.
Alistair estaba siendo evacuado por algunos soldados, sus heridas eran mínimas en comparación a las de Ririna.
Kenric hablo casi al oído de su compañero Gabriel.
- Orochi murió...
- Ehhh...
- Vi al atacante, aunque no sirvió de nada, lo deje escapar, tenía su rostro cubierto.
Ana hablo.
- ¿Solo era uno?
- Hasta donde yo sé, sí.
- Mmm...
Y con este nuevo incidente, la noche llego a la academia, y le siguió un nuevo amanecer, aun con una fuerte tormenta.
Parte 5
La tormenta azotaba fuertemente el reino de la lluvia.
Alistair se encontraba todavía inconsciente en una habitación resguardada por soldados del reino.
Ririna también se encontraba en la misma habitación que Alistair con heridas graves en su cuerpo.
Kenric se encontraba con vendajes en sus brazos y el cuello, pero sus heridas no eran graves al nivel de Ririna y Alistair.
Ana y Gabriel se encontraban ilesos porque habían llegado tarde al enfrentamiento.
Y Orochi había muerto a manos del atacante misterioso que había logrado escapar.
La información que Azarot, Petra, Ursula y Equinox les habían ofrecido al grupo de Ana, era que habían al menos 3 atacantes como mínimo.
Ana pensaba en voz alta mientras se tocaba la barbilla con su mano.
- Así que nuestro principal sospechoso es Mathers, de la casa Este.
Ana se encontraba sola por los pasillos de la academia ignorando todas las advertencias de seguridad previamente dichas.
Solo observaba su reflejo en el cristal de la ventana que se dirigía hacia las afueras del castillo. La lluvia era intensa.
Ana siguió caminando por el rocoso pasillo en dirección a la casa Este.
Cada vez más alargaba los pasos, su mirada claramente mostraba una expresión de enojo, apretaba sus dientes al punto que sentía que se iban a romper en cualquier momento.
Muchos estudiantes que andaban por los pasillos solo miraban su rostro y se hacían a un lado.
Claramente no es el tipo de mujer con el que quisieran cruzarse en este momento.
Llego al área de la casa Este. El lugar era un pasillo bastante ancho, en cada extremo del pasillo habían puertas de madera con refuerzos en hierro, eran las habitaciones de los estudiantes.
Justo en ese momento en el campo de visión de Ana se cruzó un chico de baja estatura, cabello medio rojizo y de ojos azules.
Ana rápidamente estampo aquel chico contra la pared de piedra y le empezó a hablar violentamente.
- ¿Dónde está Mathers?
El chico con la mano de Ana en su cuello, sin poder pronunciar ninguna palabra mientras sus rodillas le temblaban, apunto con su mano izquierda hacia una de las puertas de madera.
Ana soltó al chico y se dirigió hacia ''esa'' puerta.
De una fuerte patada, Ana abrió la puerta.
En el centro de la habitación sobre una silla de madera, se encontraba sentado un chico mirando la tormenta a través de la ventana.
Este chico tenía el cabello negro, ondulado, hasta los hombros, ojos verdes, piel blanca, y era relativamente alto aunque estuviera sentado.
- ¿Me necesitas?
- ¿Tú eres... Mathers?
- ¿Y que si lo soy?
- Solo eso necesitaba saber.
Ana saco una roca que tenía escondida en su vestido, y ataco directamente a la cabeza de Mathers.
Mathers no desperdicio movimientos, solo inclino su cabeza ligeramente hacia atrás lo suficiente para esquivar la roca que Ana balanceaba hacia su cabeza.
- Realmente no sé qué problema tienes conmigo, niña.
- Ghhhh...
Al escuchar las palabras tan altaneras de Mathers, Ana estallo en ira (aún mas)
Ana empezó a balancear aún más rápido su brazo con la roca en la mano para causarle algún tipo de daño hacia Mathers.
Pero los reflejos de Mathers eran muy superiores a los de Ana, esquivando como si bailara.
- No acostumbro a golpear mujeres, y menos a una tan linda.
Ana entrecerró los ojos y arrojo la roca con todas sus fuerzas hacia el rostro de Mathers, pero Mathers esquivo la roca y esta salió por la ventana rompiendo el cristal, haciendo que entrara la lluvia de golpe.
La habitación ahora estaba húmeda por la tormenta que entraba por la ventana.
El cabello y las ropas de ambos se movían fuertemente por el viento.
Pero en ese momento.
- ¿Qué está pasando aquí?
Rápidamente Ana giro en dirección de la voz.
Era la directora de la academia, Bellatrix, acompañada por 4 guardias.
Ana bajo su guardia.
Mathers respondió.
- Solo estábamos practicando algunos movimientos de combate.
Bellatrix miro de re ojo a Mathers y volvió a dirigir su mirada hacia Ana.
- Señorita Ana, acompáñeme.
Ana solo pudo bajar los hombros y asentir la cabeza.
Saliendo de la habitación, llegaron Gabriel y Kenric, al parecer vinieron corriendo desde el otro extremo del castillo apenas escucharon lo que estaba pensando.
Ana estaba escoltada por dos soldados mientras seguía a la directora, no pudo ni siquiera mirar a sus amigos.
Gabriel y Kenric solo pudieron observar en silencio mientras observaban como se llevaban a su amiga y bajaban la mirada.
Ana se perdió en la oscuridad del pasillo.
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