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8.82% El Reino de las Garras (SAGA) / Chapter 3: Capítulo 2: La persecución

Chapitre 3: Capítulo 2: La persecución

Ya había pasado una semana, Daegal y Adelaida estaban intentando domesticar al dragón, ya no era necesario que el estuviera encerrado en la jaula, excepto cuando fuera a dormir, ya que en la noche salían bestias salvajes como lobos, y aunque fuera un dragón, seguía siendo muy pequeño, aunque ya había crecido al menos lo suficiente para ser del tamaño de un perro corriente.
Los niños le lanzaban una rama para que el dragón la trajera, era una práctica común cuando se trataba de criar un perro, pero el dragón no era un animal doméstico para nada, los dos chicos no sabían que hacer para enseñarle cosas de dragón, comenzando que solo habían escuchado historias de intensas batallas por los habitantes del pueblo.
Daegal tenía un pensamiento rondándole la cabeza.
-Oye Adelaida, ¿qué nombre podríamos ponerle?
-Ahora que lo pienso, buena pregunta, pero hemos olvidado algo mucho mas importante...
-¿?
-El sexo, el sexo... No sabemos si es macho o hembra.
Daegal procede a levantar a su amigo escamoso, encontrándose una sorpresa...
No había nada.
-¿Eh?
-Parece un caballo de madera, en todo caso, deberíamos ya sabes, un nombre que sirva para niño y niña a la vez.
-Quizás Draco, suena como dragón pero más corto, suena feroz.
-Es muy simple idiota, algo más colosal, Jormunand o Smaug.
-Esos nombres siento que los eh escuchado en algún lado.
-Son imaginaciones tuyas... Jajaja.
Adelaida se ríe un poco nerviosa por algún motivo. Los chicos al no ponerse de acuerdo, decidieron dejar el tema del nombre del reptil para después y siguieron con el entrenamiento.
Estaba atardeciendo, Adelaida se fue a su casa, solo quedo Daegal y su amigo en el lugar, tenían bastante hambre, no iban a su casa desde el desayuno, Daegal tenía grandes habilidades pesqueras, y pensó que quizás podría enseñarle al dragón algo de habilidades para defenderse en el medio salvaje, aunque realmente no pensaba que eso pasara, ya que siempre estarían juntos.
-¿Qué te parece si vamos al rio a pescar algo?
El dragón movió su cabeza en señal de aprobación, aunque no hablara el idioma de los humanos, el chico y él se podían entender mutuamente, de alguna manera.
Ambos se dirigieron caminando a un lugar algo nostálgico, era el lugar donde Daegal encontró el huevo de dragón la primera vez, se quitó sus zapatos de tela y se lanzaron ambos al rio.
-La clave para pescar es la paciencia, debemos conservar la calma y cuando veamos un pez, lo sacamos con fuerza.
Daegal metió su mano rápidamente al agua, logrando capturar un pez gris, aunque se escapó al instante por el forcejeo de este. El dragón se quedó mirando su reflejo en el agua del rio, y a través de ella vio un pez nadando calmadamente y se abalanzó sobre él.
Cayó la noche, Daegal encendió una fogata para secarse, el dragón tenía un golpe en su frente, no había logrado pescar nada, así que decidieron comer frutas de la zona.
-Sabes...
Ante estas palabras, el dragón miro fijamente a Daegal, prestándole toda la atención posible.
-¿No has sentido que estas destinado a grandes cosas? Mi padre trabajaba en la granja, pero un día se lo llevaron a la capital, al reino de espinas, para volverse un soldado, mi madre y yo no sabemos nada de él hace tiempo, pero el antes de irse nos dijo que no nos preocupáramos, definitivamente volvería. Aunque ahora no estoy tan seguro...
El dragón solo observaba fijamente y movió un poco la cabeza en señal de confusión.
-Me siento un poco tonto al decirte esto, aunque solo quería decírselo a alguien.
El dragón lanzo una especie de chillido, y justo en ese momento salieron chispas del interior de su boca, para salir un pequeño látigo de llamas. Daegal salto del susto, aunque es algo lógico que eventualmente pasara, tomo a ambos por sorpresa.
Aunque no era una ráfaga muy grande de fuego, esa pequeña llamarada era una prueba de que el pequeño dragón estaba llegando a la adultez. Daegal llego a casa entrando a casa a escondidas con el dragón en una caja, entraba en puntas hasta que vio a su madre esperándolo adentro despierta.
-¡Que se supone que haces tan tarde! Fui donde los padres de Adelaida y nadie sabía dónde estabas ni que estabas haciendo, y Adelaida me mintió, esa chica que era más honesta que cualquiera, me mintió, ahora que explicación tienes para mi jovencito.
Daegal estaba muy asustado con su caja a la espalda, con una voz temblorosa solo dijo ''-Nada...''. El sudor corría a través de su cara, Isolde sabía que algo pasaba y continuo ''-¿Qué tienes ahí atrás?'', apartando a su hijo con una mano y yendo directamente a la caja que el escondía.
-¡Espera Mamá!
Cuando Isolde levanto la caja, vio a la criatura morada mirándola asustada, en ese momento, para Isolde, todo se puso borroso y cayo, en ese momento Daegal puso un cojín rápidamente donde su madre iba a caer para que no se lastimara.
Isolde abrió los ojos, era de mañana, estaba algo confusa y de inmediato recordó lo que vio, y no tardó mucho en darse cuenta que estaba en la sala con Adelaida, Burchard, Sigrid, Daegal y al lado de él, la criatura que estaba antes bajo la caja.
Los padres de Adelaida habían sido puestos al día respecto al dragón, y ahora solo quedaba que Daegal le explicara a su madre que era lo que había pasado. Luego de un rato, Daegal y Adelaida le habían contado a Isolde todo lo que había pasado, lo del huevo en la orilla del rio, el dragón naciendo, que estuvieron entrenándolo para que fuera doméstico, que lo ponían a dormir en las noches en el taller de los padres de Adelaida, y muchas otras cosas.
-Necesito un trago.
-Madre, ¿él puede quedarse?, es inofensivo.
Isolde miro al dragón poco más grande que un perro, y él le devolvió la mirada en señal de confusión.
''-Niños vayan arriba, los adultos necesitan a hablar'', Exclamo Isolde.
Ambos niños subieron al cuarto y los 3 adultos se quedaron discutiendo por al menos una hora hasta que fueron llamados de vuelta al primer piso. El primero en tomar la palabra fue Burchard.
-Entendemos la situación, y se ve que han puesto empeño en criarlo por un largo tiempo sin que nos diéramos cuenta, y es inofensivo, pero no deja de ser una bestia salvaje salida de quien sabe dónde.
-¡Pero padre!
-Sin embargo, si pueden prometernos que él no causara problemas al pueblo y además si en el futuro se vuelve un peligro, dejar que nosotros nos encarguemos.
Ambos niños agradecieron la decisión tomada.
''-Prometemos que no dejaremos que el dragón cause problemas, '' respondió Adelaida.
Luego continúo hablando Sigrid.
-Nosotros nos encargaremos de explicarle a las personas del pueblo la situación, para que no entren en pánico al ver a un dragón en esta zona tan al sur del reino de espinas.
-Gracias madre.
-Y sé que soy tu madre, así que no me vendría mal que me contaras este tipo de cosas Adelaida, como que hay un chico que te gusta, rompiste algo de la casa o que estas escondiendo con tu amigo un animal potencialmente mortal.
-Lo se madre, padre... No volveré a guardarles secretos.
Ambos padres sonrieron y abrazaron a su hija.
''-Bueno parece que todo se soluciono de alguna forma. '' Dijo Daegal, pero su madre no parecía contenta con que su hijo le mintiera. Daegal inmediatamente sintió un escalofrió y miro directamente al rostro de su madre.
-Estas castigado sin salir una semana, y tu mascota el dragón se quedara en casa de Adelaida hasta entonces.
-Pero madre yo...
-Sin peros, esto te ganas por mentirme.
-Está bien mamá...
Luego los padres de ambos niños reunieron a los habitantes del pueblo, que tampoco eran muy numerosos, y los pusieron al día de todo lo que había pasado sin omitir detalles. A lo que la gente del pueblo respondió positivamente.
Y paso una semana.
El líder del pueblo, el señor Roshiu, un señor de unos 60 años, cabello blanco igual que su barba, se encontraba tomando un café afuera de un local del área, cuando de repente llega un chico de unos 20 años, con su ropa sucia y bastante agitado.
-Señor Roshiu, tenemos un problema... hay un monstruo a las afueras del pueblo destruyendo todas las cosechas.
-Un monstruo... ¿De qué clase?
-De la clase incontrolable y muy peligrosa.
-¡Llamen a todos los hombres más fuertes del pueblo, ármense con lanzas, palos, espadas, todo lo que tengan, no dejaremos que una bestia amenace nuestra pacifica vida!
Todas las personas procedieron a armarse con lo que tuvieran a la mano, incluyendo las mujeres, aunque no fueran a pelear a las afueras, si el monstruo llegaba a venir al pueblo, alguien debía proteger a los niños.
Del local donde estaba Roshiu salió una señora amable de unos 50 años, parecía ser cercana al líder, su nombre era Sabina.
-Antes de irse, no olvide pagarme lo que se comió.
-Claro, claro, jejeje.
Inmediatamente Roshiu salió a toda prisa con varios hombres armados a las afueras del pueblo.
Daegal estaba con su dragón jugando a las afueras del pueblo, cerca al rio, todavía ignoraba todo lo que estaba pasando, cuando en dirección al norte, logra ver una estela de humo, inmediatamente fue con su dragón en dirección al humo.
En unos 10 minutos Daegal y el dragón llegaron al punto del humo, lo que se encontraron ahí fue un grupo de personas lanzando antorchas y lanzas a un enorme Jabalí de 3 ojos, aunque uno de ellos tenía una cicatriz e inutilizable, el cuerpo del jabalí estaba bañado en sangre y tenía cicatrices viejas en varias partes del cuerpo.
El jabalí estaba corriendo por todo el lugar arrojando a las personas lejos, muchos adultos estaban lastimados, pero seguían poniéndose de pie a combatir a la bestia. Daegal voltea a ver al dragón y este estaba gruñendo apretando sus garras contra el suelo con mucha fuerza.
-Debemos hacer algo.
El dragón asintió a lo que dijo el niño.
Ambos compañeros cogieron impulso y fueron directamente al centro del conflicto.
Había escombros esparcidos por el área, algunas personas estaban tiradas en el piso, y otros estaban atacando con lanzas, espadas y cualquier otro tipo de objeto contundente a la bestia. Las espadas perforaban la piel del monstruo, pero no llegaban lo suficientemente profundo, así mismo pasaba con las lanzas, la piel del monstruo era demasiado gruesa para ser perforado con suma facilidad, habían personas atendiendo las heridas de los habitantes lastimados mientras que otros distraían al monstruo.
Ese fue el paisaje que vieron el niño y el dragón morado, Daegal observo con atención la situación, si los adultos no podían hacer algo, que le aguardaba a él, pero él tenía algo que aquellos adultos no tenían, un compañero dragón.
-¡Yo atraeré al monstruo a un viejo rancho, tu sígueme desde lejos, una vez lleguemos ahí, quema los cimientos del lugar y tiramos todo encima del monstruo.
El dragón morado puso una mirada con gran convicción y movió la cabeza en señal de afirmación, humano y dragón debían cooperar juntos por primera vez para conservar su paz. Daegal fue corriendo hasta el jabalí y empezó a lanzarle rocas, haciendo que una de ella golpeara el ojo del jabalí que todavía servía, haciendo que este se enojara mucho más de lo que ya estaba, embistiendo a todos los habitantes que estaban frente a él y yendo directamente por Daegal.
Daegal corrió todo lo que pudo en dirección al rancho abandonado, pero era la velocidad de un niño contra la de un monstruo gigante, la diferencia prontamente se hizo notar, Daegal pensó por un momento que iba a morir, pero justo en ese momento...
-¡Oye monstruo feo, aquí estoy!
El jabalí colosal se detuvo de repente, parece que entendió el lenguaje humano y observo a la fuente de los insultos, era un joven de 20 años, cabello negro, ojos claros, algo fornido, su nombre era Aldous. Él era un joven vecino de Daegal, bastante fuerte y con talento para las batallas, ya que él estuvo desde los 14 años hasta hace relativamente poco en el reino de espinas sirviendo como soldado (aunque escapo).
Aldous corría en círculos con el jabalí a sus espaldas, y Daegal le grito que tenía un plan, a pesar de que Daegal era un niño, Aldous confió al instante en él, y empezó su carrera contra el tiempo y la muerte hacia aquel rancho viejo en la colina.
-¡Mierda, mierda, mierda, mierda...!
Aldous era perseguido por el jabalí, sus piernas ya estaban empezando a cansarse, y por su mente pasaba un pensamiento: ''-¿Y si muero?''. Pero a pocos metros a los lados vio a Daegal junto a su dragón mascota que había sido presentado hace pocos días a la gente del pueblo, ver a aquel chico dando todo de sí, hizo que la energía de Aldous volviera de repente.
-Y una mierda... ¡Hagan lo suyo, idiotaaaaaaaaaaaaaaas!
''-¡Sí!'' respondió Daegal.
Al ver esta situación, los pueblerinos que todavía se podían poner de pie fueron a toda velocidad atrás del jabalí, el cazador se había convertido en la presa.
-¡VAMOS!
Gritaron con todas sus fuerzas los habitantes del pueblo. Aldous llego al viejo rancho y entro a este siendo seguido por el jabalí 3 ojos, una vez dentro, una batalla por la supervivencia se desato, Daegal, el dragón purpura y Aldous contra el jabalí monstruoso. Aldous cogió una espada oxidada que estaba en el piso y se preparó para apuñalar la bestia, el jabalí embistió a Aldous pero este clavo su espada en el ojo que tenía este en la frente, haciendo que el jabalí gruñera y se retorciera de dolor y a su vez lanzando a Aldous por los aires. La bestia estaba enojada y la espada de Aldous rota, este se preparó para atacar al joven, pero en ese momento una lanza de fuego salió disparada directamente al lomo del monstruo, era el dragón purpura, preparado para la batalla.
El dragón empezó a planear entre las columnas del rancho, haciendo que el jabalí destruyera estas en la acalorada persecución, parecía que lo iban a lograr, pero el dragón purpura es lanzado contra una ventana atravesando esta por un cuerno del jabalí, ahora todo dependía de Aldous.
-Vamos, te estoy esperando, bestia...
Pero en ese momento Daegal callo del techo con unas cadenas envolviendo los cuernos del animal, esto tomo por sorpresa al monstruo, haciendo que se agite por el lugar. La cadena empezó a romper las columnas restante que sostenían el rancho, Daegal fue arrojado por los aires donde estaba Aldous.
Daegal trata de levantar a Aldous y se dirigieron rápido a la salida, pero el jabalí se dio cuenta de esto y se dirigió hacia la dupla con toda furia. Cuando los chicos iban a ser embestidos por el monstruo, las puertas del rancho se cerraron abruptamente en la cara del jabalí salvando a la dupla. Los habitantes del pueblo habían llegado al rancho y entre todos cerraron las puertas para aprisionar al jabalí, este seguía empujando con toda su fuerza y a su vez los pueblerinos hacían lo mismo, era una batalla de desgaste para ambos bandos.
-¡RESISTAN!
-¡VAMOS!
-¡NO SE RINDAN BASTARDOS!
-¡ESTE CERDO NO NOS DERROTARA!
Todos los que estaban sosteniendo las puertas del rancho gritaban lo más fuerte que podían mientras sacaban fuerzas de algún lado para evitar que el jabalí saliera. El rancho solo estaba siendo sostenido por una columna, columna que estaba siendo quemada por el aún vivo pero algo lastimado dragón purpura, el jabalí miro al enemigo frente a él, pero en ese justo momento todo el lugar se desploma sobre él.
Entre los escombros del lugar sale el dragón morado con muchas heridas en el cuerpo, aunque no eran de gravedad. Daegal sale corriendo directamente donde su amigo y lo abraza con todas sus fuerzas, ambos estaban lastimados, de hecho, todos los que estaban ahí lo estaban, pero aun así habían detenido la amenaza, así que no les quedaba más que reír.
-Debemos celebrar en la taberna.
Dijo Roshiu, el líder del pueblo, a lo que todos los demás gritaron en señal de victoria, nadie había muerto y habían derrotado la amenaza, pero el silencio inundo el lugar, los escombros del rancho empezaron a moverse. Y de repente, el jabalí salió de entre las ruinas más enojado que nunca, haciendo que su rugido inundara todo el lugar. Todos los habitantes se congelaron en el lugar, ya nadie tenía fuerza, estaban muy heridos. Todos agarraron sus armas con la poca fuerza que les quedaba y comprendieron que esto era un todo o nada, ya que la bestia estaba bastante lastimada, líquido espeso carmesí chorreaba de todas sus heridas, todos ahí estaban en su límite, limitado a un último ataque.
-¡AAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRGGGGGGGGGGGHH!
Pero en ese momento todos se detuvieron en seco, tanto los pueblerinos como el jabalí. Daegal miraba la escena confundido, su amigo dracónico estaba parado en medio de ambos bandos, nadie sabía que iba a pasar, y aunque nadie entendiera que pasaba, se escuchó una voz.
Entre líneas 2
Parecía que el espacio entre el dragón purpura y el jabalí se envolvía en neblina, todo alrededor se difuminaba lentamente. Estaban solos...
-¿Porque haces esto?
Esa pregunta parecía salir del dragón, aunque no moviera su boca. A lo que el jabalí también respondió sin hacer ningún movimiento.
- Los humanos empezaron, yo estaba tranquilo, llegaron a mi hogar, me atacaron, perdí parte de la vista, fui mutilado, si me hubieran dejado tranquilo, esto no hubiera pasado.
-Los humanos son muchos más, y si se esparcen rumores de una bestia peligrosa en el área, más humanos vendrán y solo habrá una salida para ti, la muerte.
El jabalí tenía la mirada fija en el pequeño dracónico.
-¿Por qué los ayudas?
-Nunca me lo había preguntado, pero si tuviera que decir el por qué, diría que es porque son buenas personas, todos en el pueblo lo son, me aceptaron y me hicieron como parte de uno de ellos.
-Puedo entenderlo, pero los humanos empezaron a invadir mi hogar primero, así que deben pagar... con sus vidas.
El dragón morado estaba un poco nervioso, su plan era persuadir a la bestia para que se calmara y se fuera, de no ser así, esto no acabaría bien para nadie. Entonces continúo...
-Dales una oportunidad, la gente de este pueblo no son como los que te atacaron en tu hogar.
En medio de toda la sangre y suciedad que envolvía al jabalí, por un momento el tiempo estaba detenido, y en una fracción de tiempo el dragón morado creyó ver una ligera sonrisa que venia del enorme monstruo ensangrentado.
Y el tiempo volvió a correr con normalidad.
Ya habían pasado algunas semanas desde el incidente con el jabalí, no hubo víctimas graves y ya todos estaban casi recuperados, Daegal caminaba en la mañana junto a su amigo dracónico, y la mirada de ambos se movió en dirección hacia el viejo Roshiu. Él estaba cabalgando el jabalí gigante y usándolo para transportar verduras en una carreta para venderlas en los pueblos vecinos, el jabalí giro su mirada hacia ellos y en su ojo se miraba un rayo de felicidad, y siguió su camino junto con Roshiu.
-Sabes, se me hace extraño todo lo que paso.
Le dijo Daegal al dragón, a lo cual este respondió con una mirada confusa.
-Y sabes, el jabalí salió de los escombros, y te paraste frente a el, y al instante el cayó al suelo cansado y tú fuiste a acariciar su cabeza, es raro mírelo como lo mires.
El dragón seguía confundido, él tampoco sabía que había pasado, pero logro comunicarse con el jabalí en su estado más primitivo.
-Desearía que hablaras amigo, jajaja.
Y así los años pasaron.

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