Los grupos de izquierda radical y las feministas de izquierdas que gritan "las mujeres trans son mujeres" están siendo manipulados por los multimillonarios y las grandes corporaciones . El movimiento trans no es un movimiento nacido en la base, como lo ha sido el movimiento feminista, es un proyecto de una élite, que está invirtiendo mucho dinero para promover una condición corporal disociativa que desvincula los cuerpos del género.
A escala internacional, asistimos a una saturación mediática de reivindicaciones trans y LGBTQ+, pero ¿se trata realmente de una cuestión de derechos para una parte muy pequeña de la población mundial o existe una agenda más amplia y oculta? La causa LGBTQ+ ocupa ahora un lugar destacado en la agenda de los poderosos y sus defensores están en «el top» de los medios de comunicación, del mundo académico, de las grandes empresas, la filantropía y la tecnología.
La financiación del movimiento trans LGBTQ procede de ciertas fundaciones y organizaciones, como la Open Society Foundations(OSF) de George Soros, por nombrar la más conocida. Menos conocida, pero especialmente significativa es la Fundación Movimiento Terasem del transhumanista Martine Rothblatt, consejero delegado de United Therapeutics, una multinacional farmacéutica y biotecnológica, dedicada a las nuevas tecnologías biomédicas y los xenotrasplantes, en cuyo consejo de administración se sienta el conocido transhumanista Ray Kurzweill.
Martine Rothblatt posee la mayor empresa de clonación de cerdos en un proyecto con Synthetic Genomics, una multinacional que trabaja en el campo de la biología sintética bajo la dirección de Craig Venter. Este importante empresario es también miembro de las Academias Nacionales de Ciencia, Ingeniería y Medicina, institución financiada por el Ministro de Defensa a través de su agencia DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency). Martine Rothblatt, como otros transhumanistas, ha escrito varios libros para el gran público sobre cartografía del ADN, el cribado genético y la reproducción artificial de seres humanos.
La Fundación Tarasem invierte en proyectos de investigación sobre nano y biotecnología, conciencia cyborg, criogenia e Inteligencia Artificial promoviendo la ideología transhumanista entre el gran público. Esta es una de sus cautivadoras ofertas: «Programa BioFile: Mantén tus células vivas, con tus relojes biológicos detenidos durante un tiempo indefinido: Cuidamos tus células vivas y las almacenamos a la temperatura del nitrógeno líquido (-190° C) por el periodo que sea necesario. Y cuando se declare legal la tecnología futura podremos hacer crecer un nuevo cuerpo mediante echo-génesis y tu memoria podrán descargarse, permitiéndote vivir indefinidamente« . Junto al proyecto de descargar la conciencia desde un ordenador, Rothblatt desarrolló un robot con el rostro de su esposa, Bina48, para lograr la trascendencia anhelada por los transhumanistas.
Estas y otras personas no sólo figuran entre los hombres más ricos del planeta, sino que son ejecutivos de multinacionales biomédicas y biotecnológicas que con sus inversiones y obras filantrópicas están en condiciones de dirigir parte de la agenda política mundial.
Los poderosos que están detrás del lobby trans
Una breve descripción de los principales financistas nos permite adentrarnos en el mundo de la investigación, el desarrollo tecno-científico y la creciente influencia de la filosofía transhumanista en estas áreas del conocimiento.
Hace mucho tiempo que los empresarios «filántropos» de Estados Unidos envían enormes sumas de dinero de forma anónima a organizaciones no gubernamentales. En el caso que nos preocupa está la Tides Foundation, que de hecho, es un verdadero paraíso fiscal que permite el lavado de dinero las estas organizaciones que dicen defender la causa LGBTQ+.
En los últimos diez años, con la promoción de las reivindicaciones transexuales han surgido más de 30 clínicas para chicos y chicas con disforia de género en Estados Unidos. El Centre for Transyouth Health and Development del Children's Hospital de Los Ángeles es la mayor clínica del país, con más de 700 jóvenes en tratamiento. El más joven tiene tres años.
También se ha producido una explosión de centros médicos para transexuales en todo el mundo. Los tratamientos en oferta van desde cirugía plástica hasta trasplantes de útero para hombres, que se identifican como mujeres y que pueden desear futuros embarazos. La biogenética y los trasplantes está llamada a ser una gran inversión para el futuro, afirma taxativamente Rothblatt, quien ha hecho este tipo de experimentos en animales.
Se calcula que el financiamiento del movimiento LGBTQ+ asciende a 424 millones de dólares. De 2003 a 2013, la financiación para cuestiones transgénero se multiplicó por ocho. La OSF es la mayor financiadora de la causa transgénero, seguida de la Fundación Arcus de Stryker y la Fundación Tawani de Pritzker.
La Open Society Fundation de George Soros (OSF) promueve los objetivos de los activistas transexuales, y defiende que el sexo biológico debe ser sustituido por la «identidad de género» de tal manera que se incluya opciones fuera de las categorías binarias de hombre y mujer. Abogan que la identidad no debe «regirse por límites de edad» y reivindican el acceso a las "terapias hormonales y la cirugía de género a demanda" , incluidos los bloqueadores de la pubertad para jóvenes. En un informe (2015) titulado «Licencia para ser tu mismo niños y jóvenes trans» la OSF determinó que el objetivo de su Programa de Salud Pública : «es promover y apoyar la identidad de género».
Otros cruzados de la causa trans
Los Pritzker son una familia estadounidense de multimillonarios. Sus principales áreas de inversión se dirigen a la biomedicina, la reproducción artificial y a la causa transgénero. Entre sus inversiones más significativas están ; el Lurie Children's Hospital, un centro médico para niños con disforia de género; una cátedra de estudios transgénero; la Pritzker School of Medicine de la Universidad de Chicago; la Cleveland Clinic , que realizó el primer trasplante de útero en Estados Unidos; el Baylor College of Medicine en la que nació el primer niño de un trasplante de útero y fecundación in vitro, ( resultado de un programa de investigación para desarrollar trasplantes de útero experimentado diez mujeres presas en distintos penales) ; el Palm Center, un think tank LGBTQ+ de la Universidad de California, que se dedica a validar la transexualidad en el ejército; el Clinical Innovations, que es una de las mayores empresas de dispositivos médicos; la Universidad Duke dedicada a proyectos de investigación para la criopreservación de ovarios femeninos; la Planned Parenthood, cuyas clínicas ofrecen terapia hormonal.
Esta última organización, la Planned Parenthood Federation of America , junto con Human Rights Campaign;(HRC) han lanzado una campaña para modelar las narrativas culturales de la sexualidad y la salud reproductiva sobre la base de la reproducción artificial del ser humano.
Un miembro de la familia Pritzkers, que fue Secretario de Comercio durante la presidencia de Obama, constituyó el Instituto Nacional para la Innovación en la Fabricación de Productos Biofarmacéuticos, dedicado a vacunas, terapias génicas, microchips y proyectos de investigación para estudiar las pandemias
La Fundación Arcus
Traspasa los límites, es el lema de la Arcus Foundation (AF), la mayor organización no gubernamental LGBTQ+ del mundo, fundada por Jon Stryker, heredero de una empresa de tecnología médica.
Stryker construyó una infraestructura política para impulsar la ideología de «identidad de género» donando millones de dólares a entidades grandes y pequeñas en todo el mundo. Su fundación ha donado varios cientos de miles de dólares a ILGA, una organización para la igualdad LGBT de Europa y Asia Central (con representación de 54 países) y a Transgender Europe . A Stonewall, la mayor asociación LGBTQ Europea, le donó 142.000 dólares justo antes que añadiera la T de transgénero al movimiento LGTB .
El hilo que une a Arcus con Stonewall es un denso tejido de financiación que incluyó más de 175.000 dólares para que Stonewall participará en una campaña destinada a persuadir a las grandes empresa para que aportar fondos a la causa LGBTQ presentándola como «una buena estrategia empresarial».
Entre los numerosos proyectos financiados por Arcus está Rainbow Laces, un programa destinado a acercar a las personas LGBTQ+ al deporte, abriendo así el deporte femenino a las personas 'trans MtF'.
El presidente Biden, recientemente aprobó un proyecto de ley en el que la «identidad de género» prevalece sobre los derechos de la mujer basados en el sexo. Además , en 2022, se comprometió con la agenda transhumanista firmando una «Orden Ejecutiva sobre el Avance de la Innovación en Biotecnología» que propugna el desarrollo de la ingeniería genética para escribir «circuitos» en las células que permitan programar de forma predecible la biología, del mismo modo que escribimos un software y programamos los ordenadores. Así mismo la la orden ejecutiva de Biden afirma que las tecnologías genéticas deberían poder desbloquear los datos biológicos utilizando herramientas informáticas y la inteligencia artificial.
Joe Biden al modificar este año una norma sobre «discriminación sexual», ha permitido el acceso de los hombres, que se identifican como mujeres, a las competencias de deportes femeninos. Esta nueva disposición ha provocado fuertes protestas entre las mujeres, que se ven superadas por las diferencias físicas en el rendimiento deportivo.
En marzo de 2023, la Federación Mundial de Atletismo (World Athletics) decretó que los hombres biológicamente «trans» no podían participar en competiciones internacionales femeninas. También se han introducido prohibiciones similares en la Liga Internacional de Rugby y la Federación Internacional de Natación. Pero éste asunto sigue siendo un capítulo abierto.
Arcus también financió con 650.000 dólares a la principal organización de psicología de EE.UU., la American Psychological Association (APA), que elabora directrices para establecer prácticas psicológicas trans-afirmativas.
En 2001, con la financiación de Arcus, el Grupo de Trabajo sobre Identidad y varianza de género. dependiente de la Red Internacional de Psicología para LGBTIQ (conocido como IPsyNet), animó a los psicólogos a «modificar su comprensión del género, ampliando la gama de variaciones por aquellas consideradas saludables».
El su primer informe del Grupo de Trabajo sobre «identidad de género» se afirma que el sexo «se refiere a los atributos que caracterizan la masculinidad y la feminidad biológicas». A continuación el informe disocia «género» de sexo, afirmando que «género» «se refiere a las características psicológicas, conductuales o culturales asociadas con la masculinidad y la feminidad».
El informe afirma que la llamada «identidad de género» se refiere al «sentido básico de una persona de ser hombre, mujer o de sexo indeterminado». Esta idea confunde el sexo con el «género».
La pregunta que nos hacemos es : ¿Cómo puede uno sentirse mujer u hombre o ninguna de las dos cosas? Uno es simplemente hombre o mujer. No se puede saber lo que se siente al estar en un cuerpo del sexo opuesto del mismo modo que no se puede saber lo que se siente al ser un delfín.
La Child Trends, una de las principales organizaciones de investigación acerca de la vida de niños y jóvenes, también tiene una importante financiación de Arcus para realizar, el estudio llamado : Improving the Measurement of Sexual Orientation and Gender Identity among Middle and High School Students. De las páginas de este «papers» emerge la idea que los niños pueden nacer en el cuerpo del sexo equivocado.
Las narrativas de los medios de comunicación también están sujetas a estas hábiles manipulaciones. Los grandes medios están recibiendo religiosamente financiación de Arcus. El objetivo es garantizar que la cobertura mediática esté determinada por el lobby trans.
En una reunión celebrada en 2008 en Bellagio (Italia), en la sede de la Fundación Rockefeller, 29 grandes consorcios internacionales se comprometieron a ampliar la filantropía mundial para apoyar los derechos LGBTQ+.
Al margen de la reunión del Bellagio, la Fundación Arcus creó MAP, un proyecto para impulsar el movimiento LGBTQ+, con el fin de construir un complejo sistema de financiación para promover la «identidad de género y el transgenerismo» en la cultura.
En 2013, Adrian Coman -un veterano de las Open Society Foundations de George Soros- fue nombrado director del programa internacional de derechos humanos de la Fundación Arcus, para encabezar la ideología de la identidad de género a nivel mundial. Tanto Soros como la Fundación Rockefeller financian a nivel mundial gran parte del llamado Día del Orgullo.
En esta cruzada tampoco falta el apoyo de los fondos de inversión especulativos, BlackRock, cuyo consejero delegado Larry Fink es co-presidente del consejo de administración de NYU Langone Health, un Programa de Salud para Jóvenes Transexuales ofrece apoyo a intervenciones médicas , incluida la supresión de la pubertad, los tratamientos hormonales y la cirugía para la «afirmación del género».
BlackRock también posee el 4,7% de las acciones de AbbVie, fabricante del fármaco bloqueador de la pubertad Lupron.
Por su parte Vanguard es el mayor accionista de Marqeta Inc., la plataforma mundial de emisión de tarjetas de crédito Visa, creó Daylight, una "tarjeta de crédito queer». Daylight comercializa procedimientos de fecundación in vitro y gestación subrogada en la comunidad lésbica y gay. Y para los adolescentes, financia los bloqueadores y el tratamiento hormonal. Ahora, si posteriormente alguno quieren traer hijos al mundo podrán hacerlo a través de clínicas de reproducción artificial de Vanguard.
La financiación del movimiento trans también procede de las fundaciones de multinacionales farmacéuticas, como Pfizer, Janssen Therapeutics y Johnson and Johnson, y de gigantescas corporaciones como Google, Microsoft, Amazon, Intel e IBM.
En el mundo político, llama la atención la actividad legislativa de Petra de Sutter, primera ministra trans-sexual de Europa y miembro del Partido Verde Belga. Petra de Sutter, de ideología transhumanista, quiere colocar a su país a la vanguardia de la clonación tecnológica, de la industria de la «identidad de género» y de la tecnología CRISPR. En 2016 en una Asamblea sobre los derechos de los niños defendió, en su ponencia, la gestación subrogada y el uso de las nuevas tecnologías genéticas aplicadas a los seres humanos. En su opinión "el potencial de la edición genética permitirá la reproducción artificial sin mujeres."
Parte de la financiación para la causa LGBTQ+ está destinada a crear movimientos de base y cuando los «dueños del mundo» invierten millones de dólares para hacer crecer este movimiento no lo hacen inocentemente».
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