—S-Sí. Nos conocimos, cómo podría olvidarlo —balbuceó Beatriz.
Un brillo pasó por sus ojos, pero rápidamente desapareció.
Asintió hacia ella y levantó la mano para un apretón de manos.
Su rostro de repente pareció teñirse de rojo carmesí. Su mano encontró la suya y se sintió cohibida al darse cuenta de que tenía las palmas sudorosas. El apretón de manos fue preciso y corto y él soltó su mano casi al instante.
Se giró para mirar a Damián, —Ya que ella está teniendo cólicos fuertes, creo que deberíamos saltarnos la cena. También estoy cansado. Tal vez puedas prepararnos algo. ¿Qué opinas, Beatriz?
Beatriz parpadeó y forzó una sonrisa, —Creo que sería perfecto.
Damien depositó un beso en sus mejillas, —Está bien. Puedes descansar mientras preparo la cena. Te llamaré cuando esté listo.
Beatriz evitó los ojos de Rhys a toda costa. La culpa la estaba devorando viva. Necesitaba un espacio para aclarar su mente.
—Está bien.
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