**Harper**
¿Cómo podía un simple almuerzo laboral sentirse como una cita perfecta, tan dulce y romántica que no quisieras irte nunca?
A Harper le encantaba cómo Eli siempre la hacía reír. Le encantaba el helado sorpresa. Le encantaba cómo la miraba cuando le daba de comer esos panecillos en la mano... El corto descanso que pretendía ser solo una distracción resultó ser un retiro increíble, y para cuando volvió a la oficina, toda la leve desagradabilidad de la semana se sentía tan trivial que nada de eso la molestaba ya. En un estado de ánimo completamente feliz, incluso aceptó el té de la tarde que Wallace trajo para ella y para Lindsey —¿por qué perder el tiempo pensando en esas incómodas consecuencias cuando había tanto por disfrutar en el precioso momento?
No podía esperar a que comenzara el viaje de vacaciones de negocios, cuando podría ver a Eli así todos los días y disfrutar de tantos más momentos preciosos hasta saciarse.