Chiye Masao resopló fríamente y lanzó una burla —¡No importa, no pasará mucho tiempo antes de que recuerdes mi nombre! Pues te convertiré en uno de mis oponentes derrotados, ¡Chiye Masao! ¡Será un honor para ti!
Con eso, Chiye Masao no perdió más palabras y se dio la vuelta para irse.
Cui Ruyun se acercó a Chen Xuan con un rostro sombrío —Chiye Masao no es un personaje sencillo, Chen Xuan, ¿tienes confianza?
Chen Xuan sonrió levemente —No te preocupes, solo espera y verás.
Chen Xuan no era cualquier chef y nunca había aprendido habilidades culinarias antes. Sin embargo, la mentalidad de Chen Xuan había superado hace tiempo la necesidad de tal aprendizaje, pues en este mundo, mientras el entendimiento de uno sea suficientemente alto, nada supone un problema.