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—Veremos el resultado en los blogs, deberíamos concentrarnos más en la entrega de premios que tenemos entre manos —dijo Edward con calma y ella encontró su mirada. La entrega de premios era todo lo que le preocupaba. Tal como le había dicho su ejecutivo principal de la compañía de entretenimiento, que Nari se asegurara esa corona impulsaría a su compañía y podrían aumentarle el sueldo.
—Edward no quería perder esta oportunidad. Es bueno que Nari ahora provenga de una buena familia que haría cualquier cosa que ella quiera. Con la ayuda de los Sui y su pequeño esfuerzo, sería coronada como la próxima diamante del país.
—Ni siquiera voy a hacer nada hasta el último cuarto del espectáculo, ¿por qué preocuparse? —preguntó Nari rodando los ojos. Ya tenía todo arreglado. Había visto la lista de las mujeres que competían con ella y ninguna de ellas era su rival excepto Anna. Por eso no quería que Anna estuviera allí en primer lugar.