Besé a Jack con todo lo que tenía. Quería volcar todo mi deseo y afecto reprimidos en este momento. Tenía miedo de que retrocediera o cambiara de opinión otra vez. Sin embargo, no dio señales de detenerse.
Su mano se deslizó lentamente por mi espalda, recorriendo firmemente la curva de mi columna. Me estremecí ante el toque. Sólo aumentó la anticipación que zumbaba en mis nervios. Jack me agarró por la cintura y me sentó en su regazo. Me aferré a sus hombros mientras él deslizaba sus manos debajo de mi camisa y subía hasta el tirante de mi sujetador.
Quería desesperadamente ver a Jack perder la calma, pero yo iba a perder la mía primero. Apenas había empezado a tocarme y ya sentía que me estaba perdiendo en la sensación de su piel sobre la mía. Jack me levantó de nuevo y me encontré sentada sola en el centro de la cama.