-Arabella-
Es tarde en la noche cuando llegamos a Londres, y el vuelo de diez horas fue infinitamente mejor porque Jay y su maestro estaban allí.
El amigo de Ronan se refugió en uno de los dormitorios en la parte trasera del avión, y Jay y yo pudimos hablar libremente. Su relación con Gabriel, sin embargo, sólo me entristece.
Se llevan tan bien que es difícil imaginarlos como una relación maestro-ayudante. No es que pueda presumir de querer algo similar con Ronan, pero al mismo tiempo, me da… ¿nostalgia? Aunque eso no es posible, dado que nunca conocí a Ronan antes de que él me eligiera, siento este anhelo que no puedo explicar del todo.
Una limusina ya nos está esperando afuera del aeropuerto después de que bajemos del avión, y Alexandros parece aún menos contento cuando Ronan le dice que invitó a Gabriel a quedarse en su mansión. Todo parece una afrenta a los planes que tiene para la despedida de soltero de Ronan.