Jessica Flack bajó del avión con una cara de cansancio. Cuando vio a Basil Jaak y a Lydia White esperando en la puerta del aeropuerto, una sonrisa finalmente iluminó su rostro mientras aceleraba el paso.
—¿No dormiste bien? —preguntó Basil Jaak, mirando el rostro cansado de Jessica con una mueca de preocupación.
Jessica ofreció una sonrisa tímida evitando la mirada inquisitiva de Basil y se sintió más cómoda.
¡Saber que alguien la esperaba siempre era reconfortante!
—Señorita Flack, he organizado el coche, ¿le gustaría comer algo primero o ir directamente a la empresa? —dijo Lidia adelantándose.
—Volvamos primero a la empresa, hay algunas cosas de las que discutir —negó con la cabeza y dijo Jessica.
—De acuerdo —respondió Lidia poniéndose seria.
Abandonaron el aeropuerto y caminaron hacia el coche.