El territorio de la Alianza de Hermanas.
—¡Hermana!
—¡Hermana!
Mamie Powell asintió suavemente y llevó a Basil Jaak adentro.
Los dos doblaron una esquina y procedieron escaleras abajo, pareciendo dirigirse hacia un estacionamiento subterráneo.
Basil Jaak frunció el ceño, poniéndose alerta en el ambiente sombrío.
Mamie Powell pareció discernir los pensamientos de Basil Jaak, ofreciendo una explicación:
—Basil, tranquilo, la salida está justo adelante.
Ella dijo que estaban casi allí, sin embargo, tomó dos o tres minutos de caminata antes de que llegaran.
Justo cuando Basil Jaak se impacientaba, una luz deslumbrante les perforó desde lejos, haciendo sus ojos incómodos.
Sin embargo, Mamie Powell se detuvo, se giró hacia Basil Jaak, y gritó:
—¡Basil, bienvenido a la Alianza de Hermanas!
Basil Jaak inicialmente pensó que el territorio de la Alianza de Hermanas era solo un distrito de luces rojas común, pero el escenario ante él lo dejó en shock.