No importa cuánto se enfadara consigo mismo por sus acciones pasadas, William Sinclair no podía desahogarse con su hijo, o no tendría la oportunidad de conocer a su nieto, Daxton.
—Sé eso, pero esta es mi oportunidad de disculparme con mi nuera. Y... —Willian Sinclair se quedó momentáneamente en silencio, preocupado por decir lo que tenía en mente, temiendo que su hijo se enfadara de nuevo.
Sin embargo, cuando William vio que la expresión de Tristan se suavizaba, ya no percibió su frialdad; decidió expresar sus pensamientos.
—Tristan, necesito conocer a mi nieto, Daxton. Por favor, permíteme conocerlo, ¿eh? —William dijo impotente.
—Por favor, hijo, déjame conocer a Daxton. Solo necesito verlo una vez antes de que la muerte me lleve... —William continuó buscando su oportunidad.
Más temprano, William solo había visto un atisbo de su nieto, suficiente para hacerle desear presentarse directamente al pequeñín.