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Con esa declaración, fue como si se hubiera lanzado una bomba en el coche.
Conduciendo el coche, Faith Williams abrió bien sus ojos amantes del chisme y echó un vistazo en el espejo retrovisor.
La especial atención del señor Charlie hacia la señorita Thompson había despertado hace tiempo sus sospechas.
Sin embargo, nunca se había atrevido a preguntar abiertamente sobre ello hasta ahora.
Inesperadamente, la señorita Thompson fue tan audaz para preguntar directamente.
—¿Pero cómo respondería el jefe a ella? —incapaz de reprimir su ardiente deseo de chismes, aguzó los oídos y escuchó atentamente.
Anthony Charlie también se sorprendió, sin esperar que la chica fuera tan directa en su cuestionamiento.
—¿La estaba persiguiendo? —por un momento, Anthony no supo cómo responder.
Nunca se había dado tiempo para reflexionar sobre estos sentimientos, simplemente siguiendo sus instintos y avanzando.
Solo ahora, enfrentado con esa pregunta, tuvo que confrontarla de frente.