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—¿Señor Charlie? —En ese crítico momento, la confusa pregunta del camarero lo devolvió a sus sentidos.
Se quedó allí aturdido, sin saber por qué había venido aquí. Sin embargo, sus palabras seguían resonando en su mente...
—Ha tenido novias por triple dígito...
—Solo está en el país para pasar el rato...
—Esa chica definitivamente no podrá escapar de sus garras...
Toda clase de conversaciones se reproducían una y otra vez en su mente, haciéndolo fruncir el ceño. En ese momento, un fiero brillo cruzó en sus ojos.
Eve le había ayudado con el problema del firewall de la compañía. ¿Cómo podría dejar que la engañaran? Pero, irrumpir sería inapropiado... Giró la cabeza y vio al camarero a punto de servirles, con el platillo clásico del restaurante, el cangrejo rey, en el pequeño carrito.