Fu Shiyan caminó hacia la entrada de la cueva.
Y de repente, desapareció de la vista de Shen Feiwan.
Claramente, Shen Feiwan sabía que Fu Shiyan estaba en alguna parte no muy lejos de ella, pero el hecho de no poder verlo la hacía sentir menos segura.
En ese momento, el sol ya se había puesto.
El cielo se oscurecía cada vez más.
La jungla estaba silenciosamente aterradora.
En este punto, todo lo que Shen Feiwan podía oír era su propio corazón latiendo intensamente.
—¿Fu Shiyan? —Shen Feiwan no pudo evitar llamarlo.
Ya había pasado un rato, ¿por qué no había salido todavía?
¿Podría haber ocurrido algo dentro?
—¡Fu Shiyan! —La voz de Shen Feiwan se hizo más fuerte.
Sin obtener respuesta de Fu Shiyan, se volvió aún más frenética.
En este momento, no dudó en absoluto.
Se dirigió directamente hacia la apertura de la cueva.
Había una gran área de enredaderas en la entrada.
Camino con algo de dificultad.
Finalmente, llegó a la entrada de la cueva.