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Al ver que no había nada más que hacer allí, Shen Feiwan se levantó para ir a ver la fiesta.
—Dicen que el banquete de esta noche es un espectáculo épico, así que sería un desperdicio no mirar. Pero en cuanto se levantó, quizás un poco demasiado rápido, sintió un mareo y hasta se le torció ligeramente el pie.
Ming Qi, rápido para reaccionar, extendió la mano para estabilizar a Shen Feiwan.
—Él fue especialmente caballeroso, manteniendo la distancia apropiada en todas partes excepto en el área donde su mano tocó el brazo de Shen Feiwan.
Sin embargo, desde el punto de vista de Yao Lina, parecía como si los dos estuvieran abrazados íntimamente.
—Actualmente detrás del escenario, Yao Lina parecía ocupada, tratando de mostrar su ética de trabajo activa frente a los líderes.
Se apresuró a sacar su teléfono y rápidamente tomó varias fotos. Estaba segura de que había un secreto entre Shen Feiwan y Ming Qi que otros desconocían.