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Convencido de que había encontrado el lugar equivocado, Lex se acercó para tocar la puerta de todos modos. Al menos podría pedir indicaciones.
Pero cuando tocó la puerta de madera, esta se dividió en dos y se abrió hacia lo que parecía el interior de una computadora... si la computadora tuviera el tamaño de una casa.
Apareció un orbe flotante que escaneó a Lex y dijo —sígueme.
El orbe guió a Lex casa adentro y a una habitación llena de lo que parecían ropas hechas de malla de cadena negra. El orbe escaneó las ropas hasta encontrar una apropiada para la talla de Lex y dijo —póntelas. Cubre todo tu cuerpo y asegúrate de que no quede piel expuesta.
Confundido y curioso, Lex se puso la ropa de malla de cadena y el equipo, incluso una pieza de cabeza inusual que no solo cubría su rostro, sino que también tenía gafas y equipo de respiración.