El primer Santo Señor lanzó una mirada furiosa al segundo Santo Señor mientras su cara se tornaba ligeramente roja. Si las miradas mataran, el hombre habría muerto mil veces ya. Ella estaba maldiciendo al segundo Santo Señor en su corazón por dirigirse a ella de esa manera frente a un Joven.
Gabriel fingió no notarlo y continuó ―Por la forma en que habló, muchas cosas quedaron claras. Solo se dirigió a ti de esa manera. Habla con todos los demás como si fueran sus juniors. Por eso creo que te convertiste en un Santo Señor antes que él y todos los demás. En cuanto a él, debería ser el segundo Santo Señor de la Luz.
―Me gusta este —rió el Segundo Santo Señor—. Pequeño bribón, tu personalidad es bastante similar a la mía. Más tarde, cuando llegue la selección, deberías elegirme a mí. Mis habilidades te convendrían mucho.
―¿Selección? —Gabriel miró al Segundo Santo Señor—. ¿Puedes decirme qué es Selección?
―¿Por qué no adivinas eso también? —bromeó el primer Santo Señor.