—¡Oh! Subí de nivel —dijo Kaizen sorprendido.
Xisrith lo miró un poco atontada mientras estaba cubierta de sangre azul del gusano que acababan de matar. No podía creer que estuviera tan tranquilo después de luchar contra una criatura tan grande.
Mientras Kaizen y Xisrith se recuperaban de su batalla con el gusano del desierto gigante, un evento inesperado captó su atención. De repente, escucharon un sonido desgarrador, y cuando miraron los restos del monstruo masacrado, vieron a un pequeño cachorro. El cachorro, con un pelaje negro brillante y ojos ardientes, se acercó ansiosamente a los restos del gusano gigante, moviendo la cola emocionado mientras nadie le prestaba atención, y comenzó a comer partes de los restos. Este pequeño cachorro no era ni el 1% del tamaño del gusano gigante.
Kaizen miró al cachorro sorprendido, mientras Xisrith observaba la escena asombrada, lo cual Psíquico notó e intentó explicarse rápidamente.