—Dime, amigo, ¿qué orbe deberíamos intentar proteger? —preguntó Max a Sebastián mientras los dos comenzaban a estudiar el mapa que Regus había desplegado y trataban de hacer una elección.
Sebastián tenía un talento innato para este tipo de cosas.
Sus sentidos cobardes eran mucho mejores que los de Max y, por lo tanto, podía decidir mejor qué orbe podrían elegir para proteger.
—Bueno, el que está dentro del valle no tiene sentido alguno defenderlo. Para defenderlo necesitaríamos proteger ambos lados del valle y aún así estaría abierto a ofensivas desde el centro. Así que definitivamente no este —dijo Sebastián mientras señalaba el orbe que él consideraba más estúpido defender.
Coincidentemente, el asesor de otro señor vio una oportunidad en salvar ese mismo orbe ya que creían que si podían mantener ambos extremos del valle, cualquier fuerza atacante por el centro podría ser bombardeada con flechas y piedras, haciendo imposible el asalto por el centro.