—Más tarde vendrá otro —anunció.
—Prometí que estaría aquí cuando terminaras tu evolución. ¿Quién iba a decir que mi niña crecería para ser tan hermosa? Te pareces tanto a tu madre —Blake acarició suavemente la parte superior de la cabeza de Destino—. Aunque supongo que solo es tu cuerpo el que ha crecido.
—¡Jeje! Mmm... Puede que parezca más mayor, pero todavía soy tu niña —Destino abrazó a Blake con una sonrisa de felicidad mientras su papá la sostenía en sus brazos.
—¿Qué quieres decir? Siempre serás mi niña, incluso si pasan miles de años. ¿Cómo te sientes? ¿Te has acostumbrado a tus nuevos poderes? —Blake preguntó. Estaba muy preocupado por el cuerpo de Destino.