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—Estoy a punto de... —gruñó Blake mientras se corría profundamente dentro de Lillia. Esto hizo que ella gritara mientras sus jugos se derramaban de su vagina.
Después de retirarse, esperó a que las chicas cambiaran de posición. Tina se acostó mientras Lillia montaba su rostro, y Blake introdujo su pene en ella. Tina hizo que Lillia abriera su propia vagina para permitir que la leche de Blake gotease en su boca. Las chicas habían formado una especie de hábito utilizando sus vaginas como copas e iban turnándose para beberse el semen de Blake de la vagina de la otra. Este intercambio continuaba hasta que las chicas ya no podían más y se desmayaban. Solo entonces, Blake se corría en ellas una vez más antes de quedar exhausto él mismo.
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